En los mercados financieros solemos fijarnos en variables evidentes: tipos de interés, inflación, crecimiento del PIB o resultados empresariales. Pero, como en el ajedrez, a veces la clave de la partida está en piezas menos visibles, aparentemente menores. Las tierras raras, un conjunto de 17 elementos químicos indispensables para la tecnología, la energía verde y la defensa, se han convertido en el alfil oculto que podría decidir el futuro del tablero geopolítico global. Hoy quiero compartir contigo una reflexión sobre este fenómeno poco mediático pero profundamente determinante, que está configurando una nueva era de rivalidades estratégicas entre potencias mundiales.
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