Vivimos tiempos extraños en los mercados financieros. Hay una aparente calma, los índices bursátiles siguen coqueteando con máximos históricos y la volatilidad apenas se inmuta ante los vaivenes geopolíticos. Sin embargo, algo no cuadra. Cuando los indicadores tradicionales de riesgo siguen apuntando a un entorno de estabilidad, pero el trasfondo global está repleto de incertidumbre, conviene preguntarse: ¿estamos realmente ante un mercado sólido o ante una burbuja de complacencia?
En este artículo, quiero compartir algunas reflexiones sobre las señales de alerta que estoy observando, la peligrosa manipulación de los ciclos naturales del mercado y la trampa en la que muchos inversores están cayendo.
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