The trader nº 105
La interpretación inteligente del mercado
La interpretación inteligente del mercado

Bienvenido a mi visión personal sobre la actualidad de los mercados financieros nº105. Gracias por tu interés, si te has perdido alguna entrega o aún no estás suscrito puedes revisar aquí
Desde que la Unión Europea decidió sumarse a la cruzada comercial de Estados Unidos contra las tiendas online chinas Temu y Shein, hasta que China empezó a comprar la criptodivisa de Trump para esquivar sus propios aranceles —tras recibir este un avión como regalo del emir de Qatar—, la política internacional está empezando a parecerse más a una tragicomedia que a un juego de ajedrez. Pero no nos engañemos: detrás del absurdo, hay tendencias que terminarán afectando directamente a tu bolsillo. Y cada una de ellas es un síntoma de un mundo que está abandonando las reglas clásicas de la diplomacia para abrazar el caos estratégico.
La eliminación por parte de EE. UU. de la exención “de minimis” para importaciones baratas desde China o Hong Kong —aquellas que no superaban los 800 dólares y no pagaban aranceles— marca un punto de inflexión. Desde el 2 de mayo, esos paquetes pagan tasas del 30% o una tarifa mínima de 25 dólares, y desde el 1 de junio, esa penalización arancelaria se endurece aún más. Esta medida va directamente contra los gigantes del “e-commerce” asiático, especialmente Temu y Shein, que han basado su modelo de negocio en márgenes ultrabajos y envíos masivos. La UE, siempre un paso detrás, pero atenta a las urnas, ha decidido seguir el ejemplo estadounidense. Bruselas ya prepara una normativa para gravar cada paquete que llegue desde fuera del bloque con entre 50 céntimos y dos euros, invocando el coste del procesamiento postal como excusa técnica. Lo cierto es que esta guerra comercial digital, que empezó con una tasa y una sospecha, se ha convertido en un frente abierto donde el proteccionismo es el nuevo consenso global.
El 90% de los paquetes que recibe la UE en este formato provienen de China. Y esto no es casualidad: Pekín ha construido su músculo exportador sobre la base de millones de pequeñas ventas que ahora están en el punto de mira. Pero lejos de amilanarse, China responde con movimientos tan inesperados como efectivos. En lugar de presionar a través de los cauces diplomáticos, algunos empresarios chinos han optado por comprar millones en $TRUMP, la memecoin que lleva el nombre del presidente y que se ha convertido en un símbolo de poder blando digital. Tras el extravagante regalo del emir de Qatar a Trump —un avión privado como gesto de afinidad geopolítica—, empresas chinas como Addentax anunciaron operaciones de hasta 800 millones de dólares en criptoactivos ligados a la figura del candidato republicano. Su cotización se disparó, aunque luego cayó, y el mensaje quedó claro: si Trump se vende, el mundo ha aprendido a comprar.
Esto no es una anécdota: es el nuevo terreno de juego. Trump, que ya ha dejado claro que cada decisión responde a su propio interés más que a una estrategia coherente, ha logrado convertir incluso su marca personal en una herramienta de política exterior. Ahora, redobla su enfoque arancelario con una amenaza directa a Europa: imponer tarifas del 50% a todas las importaciones provenientes de la Unión Europea a partir del 1 de junio… A no, a partir del 9 de julio… Quién sabe si para cuando estén leyendo esta newsletter habrá otra fecha prevista, o tal vez se haya suspendido totalmente. Ya no se trata solo de automóviles, sino de productos agrícolas, bienes de lujo, tecnología e incluso smartphones fabricados fuera de EE. UU. El mensaje es inequívoco: América primero, sin concesiones. Bruselas, aunque aún no ha hecho pública su contraofensiva, ha advertido que está preparada para responder con aranceles equivalentes por valor de hasta 100.000 millones de euros, dirigidos a sectores como la aviación, los dispositivos médicos, los productos químicos y los plásticos. La guerra comercial, que comenzó en 2018 con China, se centra ahora de forma inexorable sobre Europa y amenaza con contaminar aún más la estabilidad global.
Y mientras tanto, más allá de la propia guerra comercial, en los márgenes de lo oficial, se cuecen planes mucho más serios. El equipo de Trump valora cerrar la llamada “flota fantasma” de petroleros rusos que Moscú usa para esquivar las sanciones internacionales. Hablamos de entre 600 y 1.000 buques que transportan crudo sin bandera clara ni rastro financiero. Sería una escalada sin precedentes: pasar de la guerra comercial a un bloqueo económico de facto. Pero eso implicaría desplegar la Armada estadounidense, algo que Trump no está dispuesto a hacer… todavía. Pero si Putin sigue tensando la cuerda, tal vez esa línea roja pueda cruzarse, y en ese caso, las consecuencias energéticas podrían sentirse hasta en los surtidores europeos.
Conclusión
La moraleja es sencilla y, al mismo tiempo, inquietante: aunque parezca lejana, esta geopolítica termina afectándote. Con más costes en tus compras online, con mayor inestabilidad en los mercados financieros, con posibles nuevas crisis energéticas y con una creciente sensación de que el orden global ha sido sustituido por una especie de “reality show” de poder, símbolos y rentabilidad. Pero si el entorno ya era complejo, ahora se atisba otra batalla interna entre la Casa Blanca y los jueces federales que han empezado a plantear la inconstitucionalidad de la guerra comercial que abandera Donald Trump. Bienvenido a una nueva geopolítica donde lo surrealista mueve mercados y lo ridículo, acaba saliendo caro. Porque, aunque parezca un chiste, al final de todo, es tu bolsillo el que acaba pagando la factura.
| Cierre Semanal | Cierre Anual | Precio actual | Últimos 5 días | En el año | |
|---|---|---|---|---|---|
| S&P500 | 5911.73 | 5881.94 | 5888.95 | -0.39% | 0.12% |
| Nasdaq100 | 21302.37 | 21017.27 | 21321.03 | 0.09% | 1.45% |
| Eurostoxx50 | 5440.83 | 4884.62 | 5434.47 | -0.12% | 11.26% |
| Ibex35 | 14304.30 | 11595.00 | 14174.10 | -0.91 % | 22.24% |
| Oro | 3364.40 | 2639.30 | 3302.30 | -1.85% | 25.12% |
| Brent | 63.33 | 74.80 | 64.05 | 1.14% | -14.37% |
| Natgas | 3.73 | 3.63 | 3.54 | -5.07% | -2.45% |
| SSE | 3376.87 | 3354.29 | 3364.91 | -0.35% | 0.32% |
| Bitcoin | 107329.61 | 93484.46 | 107925.69 | 0.56% | 15.45% |
*Cierre semanal: 22 de mayo del 2025 a las 10:03
*Cierre anual: Último dato del 31 de diciembre del 2024
*Cierre anual de Eurostoxx: 30 de diciembre del 2024
*Precio Actual: 29 de mayo del 2025 a las 10:03
EE. UU. y Japón ponen a prueba la paciencia del mercado con su situación fiscal
La deuda pública de EE. UU. como porcentaje del PIB ya está en máximos históricos, superando incluso los niveles registrados tras la Segunda Guerra Mundial. Lo que antes se justificaba por conflictos bélicos o crisis profundas, ahora se sostiene en tiempos de crecimiento, lo que eleva las alarmas sobre la sostenibilidad fiscal del país.
El problema surge cuando se quiere atacar el déficit descontrolado, pero no se quieren asumir los efectos que ello provoca. Si el déficit se cierra demasiado rápido, la economía entra en recesión y el dólar se debilita. Pero si se mantiene una política fiscal demasiado expansiva, llega un momento en que se produce una caída simultánea de los bonos y del dólar. Hoy, estamos probando este último escenario y pese a la gravedad de la situación, los inversores parecen ajenos a ello.
A pesar del repunte de los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años, el USD/JPY ha caído con fuerza, lo que refleja una pérdida de confianza de los inversores internacionales. En otras palabras: suben las rentabilidades de los bonos, pero no por fortaleza económica, sino por menor apetito exterior.
Y es que Japón no es un actor menor: posee 1,13 billones de dólares en bonos del Tesoro estadounidense, lo que lo convierte en el mayor acreedor extranjero del país. Además, los inversores nipones controlan cerca de 974.000 millones de dólares en acciones estadounidenses. Este nivel de exposición convierte cualquier cambio de rumbo en sus decisiones de inversión en un factor para tener en cuenta.
Mientras tanto, los rendimientos de los bonos japoneses se han disparado. El repunte de las tires a 30 y 40 años sugiere que los inversores están cada vez más inquietos por la salud fiscal de Japón. En este contexto, la competencia entre EE. UU. y Japón por atraer capital puede acabar siendo una amenaza directa para los mercados estadounidenses.
A todo esto, se suma el efecto de la desglobalización: la fragmentación del comercio global está obligando a los países a reconfigurar sus cadenas de suministro y a invertir masivamente en producción doméstica. Esto implica una menor eficiencia productiva, dado que se pierde el beneficio de la especialización internacional, y una mayor presión sobre los presupuestos públicos para financiar infraestructuras estratégicas. A su vez, estos esfuerzos de autosuficiencia se producen en un contexto donde las barreras comerciales y geopolíticas limitan la capacidad de implementar estas inversiones de forma eficiente. El resultado es una presión inflacionista estructural que obliga a los bancos centrales a mantener tipos de interés elevados durante más tiempo. Todo esto ocurre justo cuando los déficits fiscales están descontrolados, generando una tormenta perfecta para la estabilidad macroeconómica global.
Conclusión
Hace años, Charles Kindleberger advertía que la estabilidad del sistema financiero internacional dependía de una potencia hegemónica dispuesta a sostener el orden global. Hoy, esa hegemonía parece estar socavando su propia credibilidad fiscal y monetaria. La combinación de déficits estructurales, desglobalización y repunte de tipos está tensionando al máximo la sostenibilidad del dólar como activo refugio. No se trata de anticipar el fin del dólar como moneda de referencia global —una transición de ese calibre requeriría décadas y un sustituto creíble—, pero sí de reconocer que la hegemonía de los mercados de capitales estadounidenses puede sufrir un fuerte varapalo si se continúa por este camino. El mercado ya ha empezado a emitir señales. ¿Las estamos escuchando?
El mercado se deshace en elogios a Warren Buffet y luego hace lo contrario a él
Es difícil encontrar a un inversor que no admire a Warren Buffett. Es probablemente el gestor más respetado del planeta. Y con razón. Como publicó recientemente The Wall Street Journal, quien hubiese invertido 100 dólares en Berkshire Hathaway en 1965, tendría hoy 5,5 millones. En cambio, esa misma cantidad en un fondo indexado al S&P 500 se habría convertido solo en unos 39.000 dólares.
Una de las grandes claves de su éxito no ha sido estar siempre invertido al 100%, sino todo lo contrario: saber cuándo esperar con paciencia y acumular liquidez. Buffett no solo tiene talento en el “stock picking”, es decir, en seleccionar buenas acciones o como le gusta decir a él, buenos negocios. Si no que también es un genio a la hora de decidir cuanto capital tener invertido en el mercado en cada momento. A lo largo de su historia, ha demostrado una y otra vez, su disposición a mantener grandes cantidades de efectivo cuando no ve oportunidades claras y a invertir fuerte cuando el mercado ofrece verdaderas gangas.
Y si analizamos lo que lleva haciendo desde 2022, las advertencias son claras, aunque la mayoría prefiere ignorarlo. Desde hace dos años Buffet no ha sido comprador neto de acciones ni un solo trimestre (gráfico 1). En cambio, ha ido reduciendo su exposición a renta variable de forma constante (gráfico 2).
Fuente: Bloomberg, Company Filings
Y eso ha hecho que la proporción de liquidez sobre los activos totales de Berkshire Hathaway se haya disparado, alcanzando máximos históricos. El “oráculo” no está viendo oportunidades claras en el mercado y prefiere hacer lo que hace siempre, esperar a que surjan esas oportunidades.
Y mientras tanto, ¿qué hacen los inversores que dicen admirarlo? Justo lo contrario: compran en máximos, se sobreexponen a una renta variable que cotiza en uno de los múltiplos más exigentes de la historia, todo por miedo a quedarse fuera. Si la historia vuelve a repetirse —como tantas veces— solo falta que llegue una gran corrección para que Buffett vuelva a hacer lo que mejor sabe: comprar con decisión mientras los demás venden en pánico.
Conclusión:
En su última carta a accionistas, Buffett fue muy claro: el entorno actual no ofrece grandes oportunidades, y el efectivo acumulado por Berkshire roza ya los 348.000 millones de dólares. Además, ha advertido sobre la insostenibilidad de las finanzas públicas de EE. UU., comparando la situación actual con un déficit estructural del 7% cuando lo sostenible sería más bien del 3%.
Admirar a Buffett no debería ser solo compartir sus frases en redes sociales, sino entender de verdad su enfoque. Su éxito no vino de seguir al rebaño ni de estar siempre en el mercado, sino de observar, esperar y actuar con decisión solo cuando la oportunidad es clara. Quizás es hora de que dejemos de idolatrar a Buffett y de repetir su mantra más célebre…“Sé temeroso cuando otros son codiciosos, y codicioso cuando otros son temerosos”, … Y empecemos a aplicarlo de verdad.
Del apoyo incondicional de EE. UU. a Israel… al distanciamiento estratégico
Donald Trump no tiene amigos. Tiene intereses. Y cuando los intereses cambian, sus alianzas también. Durante su primer mandato, fue presentado como el presidente más proisraelí de la historia. Pero en su segundo regreso a la Casa Blanca, las prioridades han cambiado. El lema «America First» es la única constante. Si Israel sirve a ese objetivo, Trump le entrega todo. Si se interpone, simplemente lo ignora o lo pasa por encima, como no lo hizo ninguno de sus predecesores.
Benjamin Netanyahu y la derecha israelí celebraron con euforia la victoria de Trump. Tenían motivos: reconocimiento de Jerusalén como capital, los Acuerdos de Abraham, ruptura con Irán y una Administración plagada de aliados incondicionales del Likud. Pero apenas medio año después, los signos de distanciamiento empiezan a ser claros y dolorosos.
Trump no ha dudado en negociar directamente con Hamás, marginando a Israel. Ha decidido el fin unilateral de las hostilidades con Yemen tras el fracaso militar en la región. Ha retomado conversaciones con Irán para restaurar un acuerdo nuclear que él mismo destruyó en 2018. Y ha levantado sanciones a Siria. Mientras tanto, Netanyahu ha sido un mero espectador que se ha ido enterando de la nueva realidad casi por la prensa.
Ni visitas oficiales, ni palabras en sus discursos clave, ni exigencias de normalización a Arabia Saudí a cambio de tecnología nuclear. Trump ha preferido cortejar a los petrodólares que alinearse con los intereses históricos de Tel Aviv. El mensaje es claro: el que quiera estar en el equipo, que se adapte. El que no, que se aparte.
Conclusión
Las razones de este cambio son varias: Una opinión pública estadounidense cada vez menos proisraelí, especialmente entre jóvenes y republicanos menores de 50. Un movimiento MAGA aislacionista y reacio a intervenir militarmente por aliados. Y un Trump que ya no depende de los megadonantes proisraelíes, ni de su yerno Jared Kushner, para entender la región. Ahora manda él, con sus propios negocios y cálculos geopolíticos en mente.
Trump aún protege a Israel de las críticas internacionales. Pero su agenda es la que manda. Y si eso implica dejar a Netanyahu fuera de los grandes acuerdos, que asuma las consecuencias. No hay lealtades en el juego de Trump, solo conveniencia. Quien no lo entienda, corre el riesgo de quedarse solo. El llamado “mejor amigo de Israel” ha demostrado que en realidad no tiene amigos, solo prioridades. Y hoy, esas prioridades ya no están en Jerusalén.
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Europa se ve obligada a replantearse su cruzada energética… Una vez más
Hace menos de cuatro años, Europa soñaba con liderar la transición verde. Ese impulso la llevó a apostar por un modelo energético 100% renovable a largo plazo, cerrando progresivamente sus centrales nucleares y penalizando el uso del gas natural. Alemania fue el símbolo de esa visión: desmanteló su parque atómico y se opuso firmemente a incluir la energía nuclear en la taxonomía verde europea.
Hoy, la realidad ha impuesto un cambio de rumbo. Berlín ha dado un giro histórico y ya no bloqueará las iniciativas de apoyo a la energía nuclear dentro de la Unión Europea. El cambio no es técnico ni puntual: es geopolítico y estructural. El mismo país que apostó por el gas ruso para cubrir sus necesidades energéticas —y que tuvo que reabrir centrales de carbón tras la invasión de Ucrania— ahora reconoce la necesidad de repensar su estrategia. Alemania se alinea así con Francia, país que nunca abandonó lo nuclear y que ahora lidera un nuevo eje europeo para considerar esta fuente como parte indispensable del mix energético del futuro.
La guerra, los cortes de suministro, la volatilidad de los precios y la urgencia de garantizar soberanía energética han hecho que incluso países históricamente reticentes como Bélgica, Países Bajos o Dinamarca abran la puerta a los reactores modulares pequeños (SMR). El debate se está polarizando entre “nuclear sí” o “nuclear no”, y cada vez más países optan por la primera opción. Pero lo que hay detrás de este giro es mucho más profundo: se está redefiniendo el concepto de seguridad energética en Europa. Ya no basta con descarbonizar; ahora se trata de hacerlo de forma realista, competitiva y sin poner en riesgo la estabilidad industrial.
El siguiente gráfico muestra cómo se distribuyen las centrales nucleares en Europa. Francia destaca con diferencia como el país con mayor número de reactores, lo que refuerza su papel central en el nuevo eje pro-nuclear junto a Alemania. Otros países con presencia significativa son Ucrania, el Reino Unido, Suecia y Rusia. Pero por encima de todo, lo que pone de manifiesto la imagen que analizamos, es que Europa es la suma de 27 políticas divergentes o estrategias nacionales, y no un bloque energético cohesionado, y eso nos hace vulnerables.
En el caso concreto de España, aparecen solo siete reactores —todos ellos con fecha prevista de cierre entre 2027 y 2035—, lo que refleja su apuesta decidida por las renovables… aunque sin mucha interconexión con nuestros vecinos.
Fuente: Eurostat, Guillermo Revilla, 2022
Conclusión
Este cambio de escenario llega justo después del reciente apagón que sufrió España el pasado 28 de abril, y que ha desatado rumores provenientes de Bruselas —aunque no se han confirmado— sobre un supuesto experimento gubernamental para medir la viabilidad de operar con un sistema energético basado únicamente en renovables. Aunque el Gobierno español y Red Eléctrica han desmentido categóricamente esta versión, el mero hecho de que se plantee esta posibilidad en los círculos comunitarios pone de manifiesto una realidad incuestionable: la necesidad de un mix energético equilibrado que garantice la seguridad del suministro, especialmente en un contexto de creciente dependencia de fuentes renovables y limitada interconexión eléctrica con el resto de Europa.
Mejores ETFs de Petróleo en 2025
Durante casi cuatro décadas dedicándome a los mercados financieros, he aprendido que las materias primas, y en particular el petróleo, son activos que no pueden faltar en una cartera bien diversificada. Su comportamiento cíclico, la influencia de factores geopolíticos y su papel clave en la economía global lo convierten en un activo estratégico. Una de las formas más eficientes de invertir en petróleo es a través de los ETFs (Exchange Traded Funds), que permiten acceder a este mercado sin la complejidad de operar directamente con futuros o contratos físicos. Te cuento más en este artículo
La competencia global por el liderazgo tecnológico global es una carrera silenciosa, pero que no cesa. Tecnologías críticas, como la IA, los semiconductores o la computación cuántica, son cada día más importantes para la seguridad nacional de los países.
Un nuevo informe de Natixis Research liderado por Alicia García Herrero, economista jefe para Asia Pacífico, “Novedades radicales en tecnologías críticas y efectos indirectos: ¿Cuál es la posición de China, EE. UU. y la UE?”
, compara la situación entre China, Estados Unidos y la Unión Europea en estas tecnologías y sus subcampos.
Y la verdad, revela datos preocupantes para Europa: mientras EE. UU. y China avanzan a toda velocidad en tecnologías clave como inteligencia artificial (IA), semiconductores y computación cuántica, la UE se queda atrás, tanto en innovación como en capacidad de absorber tecnologías críticas.
Como resumen, Estados Unidos domina en IA y computación cuántica, con liderazgo absoluto en machine learning, generative AI y hardware cuántico.
China se consolida como potencia en semiconductores, especialmente en manufactura y memorias, aunque sigue dependiendo de terceros en diseño avanzado.
Mientras tanto, Europa muestra debilidad generalizada, con algo de fuerza en optoelectrónica, MEMS y hardware cuántico, pero muy lejos de sus competidores.
En cuanto a la difusión tecnológica, EE. UU. y China se copian rápido entre sí, incluso con restricciones comerciales. La UE tarda mucho más en adoptar innovaciones de EE. UU. y China, y también sufre retrasos dentro de su propio mercado.
Europa se lleva la peor parte: no produce suficientes patentes críticas en estas tecnologías y es más lenta en la reproducción de patentes que EE. UU. y China. En este sentido, corre el riesgo de quedarse rezagada tanto en la generación (con apenas 804 innovaciones frente a las casi 3000 de las potencias tecnológicas, en datos de 2023) como en la adopción de tecnologías críticas.
La UE tarda significativamente más en adoptar patentes procedentes del exterior, y su propia innovación se difunde internamente con gran lentitud, revelando una fragmentación del mercado único y las debilidades estructurales en su ecosistema de I+D. Por su parte, EE. UU. y China tienden a reproducir con relativa rapidez las patentes novedosas europeas. Las novedades radicales también se reproducen rápidamente entre China y EE. UU., lo que resulta sorprendente dados los controles estadounidenses sobre las exportaciones de tecnologías críticas a China.
La carrera tecnológica es global y no espera a nadie. Europa debe actuar ahora: invertir en I+D, fomentar la colaboración público-privada y acelerar la integración del mercado único, pasos esenciales para no quedar fuera del juego en una carrera clave para el futuro.
Esta newsletter es un paso más de un camino que comencé hace años con la intención de poner algo de luz a muchas informaciones sesgadas o poco éticas sobre lo que sucedía en el mundo de la inversión. Hoy sigo con la misma idea, creo que si lo que define al mercado es el conjunto de lo que hacemos todos los inversores juntos, necesitamos hacer esto con responsabilidad, conocimiento y la información más rigurosa. Espero que en The Trader, te sientas identificado.
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