The trader nº 53
La interpretación inteligente del mercado
La interpretación inteligente del mercado
Bienvenido a mi visión personal sobre la actualidad de los mercados financieros nº53. Gracias por tu interés, si te has perdido alguna entrega o aún no estás suscrito puedes revisar aquí
Desde que la Reserva Federal empezó a incrementar las tasas de interés en 2022, los inversores han apostado repetidamente por una normalización de la inflación, entendiendo por normal la vuelta al 2% como cota a largo plazo. Sin embargo, pese a que han pasado ya años desde los techos alcanzados en 2021, hoy siguen existiendo muchas dudas de cuando veremos la inflación volver al objetivo de la FED. Esta semana, el mercado recibió malas noticias con informes sobre el PIB y la inflación, que evidenciaron un crecimiento económico más débil de lo esperado y un continuo aumento de los precios. A pesar de esto, los inversores parecen ignorar la realidad que se va perfilando, y muestra de ello se ve reflejado en que la bolsa ha registrado subidas del entorno del 24% desde sus mínimos de octubre, a pesar de que las ganancias del S&P 500 solo han subido un 3,5% interanual y se mantienen más o menos estables desde 2022.
Uno de los argumentos que sustentan este optimismo radica en que la recesión más anticipada en la historia aún no ha ocurrido, pero del mismo modo, tampoco hemos visto el supuesto auge de ganancias impulsado por la IA que los analistas habían pronosticado, al menos de momento.
Para cuando leas esta Newsletter ya se habrá producido otra entrega de la telenovela de la Reserva Federal, en la que el FOMC probablemente cumpla con la expectativa del mercado que asignaba una probabilidad del 97.6% a que las tasas de interés se mantendrían sin cambios en la reunión de mayo. Será más interesante ver si, tal y como descontaba el mercado antes de la comparecencia de Powell, la expectativa de una primera bajada de tasas se retrasa hasta el mes de septiembre de este año, o si se mantiene la idea inicial de que ese primer recorte de 0.25% podría llegar en junio. De ser en septiembre, sería en la reunión previa a las elecciones presidenciales de EE. UU. que se celebran a principios de noviembre.
Pero volviendo al presente, si algo parece que determina las decisiones de corto plazo en política monetaria es la evolución de la inflación, y desde este punto de vista los últimos datos de IPC no muestran la tendencia que esperaba Powell, con la inflación de servicios persistente, debido en parte a los aumentos en el precio de los seguros de vivienda y automóviles. Poco después conocimos las cifras del deflactor del PIB, y una vez más se convirtieron en otra advertencia preocupante sobre la evolución de los precios en EE. UU. Incluso el último dato del PCE (“Personal Consumption Expenditures”) donde la FED centra su principal atención cuando habla de la inflación, y donde la vivienda pesa mucho menos que en otras métricas, no dio tregua a Powell y salió ligeramente por encima de lo esperado: PCE general 2.7% frente al 2.5% anterior y PCE subyacente en 2.8% (igual que el dato del mes pasado) frente al 2.7% que esperaba el mercado. Con un entorno tan complejo, sería terrible para la credibilidad de la Reserva Federal comenzar a recortar las tasas en medio de un aumento incipiente de la inflación. Por lo tanto, lo único que realmente puede hacer la FED, si es lógica, es cambiar un poco el discurso y posponer cualquier bajada del coste de financiación hasta que no quede duda de que el IPC va a alcanzar la cota del 2%. Pero, además, algo que debería hacer Powell en mi opinión, es dejar claro que si los datos siguen empeorando (quizás impulsados por un gasto fiscal disparatado y excesivo), entonces existe el riesgo de que necesite comenzar a subir las tasas nuevamente. Y creo que debería hacerlo porque el mensaje complaciente que lleva enviando a los mercados desde principios de este año, ha disparado la euforia y ha sido el principal motivo de una nueva fase relajación de las condiciones financieras, que ya se aproximan a los mejores niveles registrados durante los últimos años, pese a que entonces los tipos de interés estaban al 0% en lugar de al 5.25%, y la FED estaba haciendo QE en lugar de QT.
Conclusión
La realidad que expresan los inversores en bolsa hoy es tan solo el producto de combinar unas condiciones financieras muy laxas (inyección masiva de liquidez y política fiscal ultra expansiva que compensan con creces la subida del coste de financiación de la FED), junto a unas expectativas doradas gracias a la nueva revolución tecnológica que supone la irrupción de la IA. Pero tal y como ya ha comentado Meta, “es probable que antes de recoger los frutos de esta nueva tecnología disruptiva debamos invertir mucho más dinero del inicialmente previsto para extraer todo su potencial futuro”. Y otro punto sobre el que deberemos estar muy atentos, es en el consumo energético que supondrá el desarrollo de la IA a partir de ahora, ya que algunos expertos hablan de cantidades astronómicas, lo que podría llegar a convertirse en un argumento negativo respecto a la lucha contra la inflación que tanto nos preocupa.
Últimos 5 días | En el año | |
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S&P500 | 0,40% | 5,21% |
Nasdaq100 | 0,49% | 2,92% |
Eurostoxx50 | -1,39% | 8,34% |
Ibex35 | -1,53% | 7,55% |
Oro | -1,13% | 12,04% |
Brent | -3,88% | 5,15% |
Natgas | -3,38% | -10,10% |
Bitcoin | -9,32% | 37,67% |
Una semana más de resultados empresariales
Las primeras publicaciones de resultados de Tesla y Meta ya dieron mucho de qué hablar. Mientras el primero presentaba unos resultados muy flojos, sus acciones se revalorizaban más de un 11%. Meta por su parte sorprendió positivamente con sus cifras, y sin embargo cosechó un desplome de su cotización de un 10%. La explicación a lo sucedido tiene mucho que ver con las expectativas que plantearon sus respectivos CEOs. Elon Musk habló de adelantar la fabricación de vehículos más económicos para luchar contra marcas chinas, lo que gustó a los inversores, mientras que Meta dijo que tendrá que gastar mucho más dinero de lo previsto en el desarrollo de la IA y que afectará a sus beneficios futuros, cosa que no gustó nada.
Luego llegó el turno de Google que se anotó una subida del 10% tras la publicación de unos resultados que superaban las expectativas tanto en ventas, EBIT y BNA. Pero es que además anunció el primer dividendo de su historia (0.2 dólares por acción) junto a una recompra de acciones por valor de 70.000 millones de dólares.
El siguiente en la lista fue Amazon, que dio una de “cal y otra de arena” Su negocio “en la nube” registró el mayor crecimiento de ventas en un año, superaron las expectativas de los analistas en términos generales. Pero el pronóstico de ventas de la compañía para el próximo trimestre no cumplió con las estimaciones del mercado. El director ejecutivo volvió a hablar de reducir costes, aumentar la rentabilidad del negocio en línea de la compañía y dejar claro que el foco de su inversión principal se centrará en desarrollar los servicios de inteligencia artificial, reconociendo que el coste será mayor de lo previsto inicialmente, pero transmitiendo confianza en que esa inversión genere grandes beneficios durante los próximos años.
Por delante nos quedan otros dos colosos, Apple el 2 de mayo, cuando sale esta Newsletter, y luego Nvidia el 24 de mayo.
Fuente: TradingView
Conclusión:
De todos los grandes valores que componen el grupo selecto de los “7 Magníficos”, Apple es el que tiene una estructura gráfica más delicada, ya que unos malos resultados podrían acabar por confirmar una figura de vuelta tipo “doble techo” que podría provocar una corrección del 16% en el valor. Teniendo en cuenta que es uno de los pesos pesados del Nasdaq100 y que también pesa mucho en el S&P500 habrá que estar muy atentos a si esta nueva publicación de resultados se convierte en el salvavidas de Apple que lo aleje del precipicio, o si por el contrario se convierte en el yunque que arrastre a la cotización a la baja en el corto plazo.
¿Dónde está el banco de japón mientras se desploma el yen?
El yen japonés sigue experimentado un desplome generalizado desde hace años, lo que desata la especulación en el mercado sobre cuándo las autoridades japonesas comenzarán a comprar la moneda para respaldarla. El lunes pasado, el yen cruzó momentáneamente la barrera de los 160 por dólar por primera vez desde 1990. Esta situación se dio después de que el banco de Japón sugiriera la semana pasada que las condiciones financieras seguirán siendo flexibles, alejando la posibilidad de una nueva subida de tipos en el corto plazo.
Pese a que los políticos han advertido repetidamente que no tolerarán una depreciación excesiva del yen si es demasiado rápida, de momento la intervención brilla por su ausencia. Y eso que echando la vista atrás y analizando lo que ha ocurrido en menos de cuatro años los datos son demoledores: desde 2021 el yen se ha depreciado contra el dólar un 56%, desde 2023 un 26% y en lo que llevamos de año un 14% si tomamos como referencia su reciente techo en 160.20.
Un factor que podría explicar la reticencia de Japón a intervenir podría ser que la intervención por sí sola no puede alterar el amplio diferencial en las tasas de interés entre Japón y el resto del mundo, algo que sin duda está impulsando en parte la depreciación del yen. Aunque el Banco de Japón ha sacado las tasas locales de territorio negativo, aún están lejos de los niveles que podrían tentar a los inversores dadas las mayores rentabilidades ofrecidas en EE. UU. y Europa. Otro factor podría ser que un yen débil hace más competitivas las exportaciones japonesas en un entorno en el que EE. UU. y Europa están buscando sustitutos al comercio internacional con China. Mientras la debilidad del yen no provoque un repunte inflacionista preocupante, tal vez el gobierno nipón mire para otro lado y tan solo envíe advertencias al mercado para que la depreciación de su moneda no se descontrole, algo que estaría muy alineado con las últimas declaraciones del gobernador del Banco Central de Japón, Kazuo Ueda, cuando dijo que “el impacto del yen débil sobre la inflación es mínimo, y que el tipo de cambio continúa beneficiando a la economía al impulsar la demanda”.
Si estuviésemos en un mundo donde los bancos centrales no interviniesen los mercados continuamente, os diría que, desde una perspectiva técnica, el USDJPY se va a 210, niveles que no veíamos desde la década de los 80s. Al menos ese es el objetivo del patrón hombro-cabeza-hombro invertido que se ha formado tras la ruptura de la tendencia bajista de largo plazo. Pero desde una perspectiva macro las cosas no se parecen en nada a lo que vivía Japón en la década de los 80s, con un crecimiento del PIB estabilizado por encima del 4%, con una inflación que rara vez caía por debajo del 5%, con unos tipos de interés que se movían entre el 4% y el 8% y una deuda respecto al PIB que no superaba el 70%. La realidad actual de la economía japonesa no puede ser más distinta: hablamos de una economía que no ha crecido nada desde el año 1992, que ha vivido más de ocho recesiones en los últimos 30 años, donde la tasa inflación interanual ha estado arrojando cifras negativas (deflación) casi tanto tiempo como los periodos con cifras positivas, donde los tipos de interés han estado por debajo del 0.25% durante décadas (incluyendo tasas negativas y control de la curva de tipos) y donde el endeudamiento del gobierno ha alcanzado el 265% sobre el PIB.
Fuente: TradingView
Conclusión
Japón lleva mucho tiempo queriendo reactivar su economía y poner fin al riesgo de deflación. La batalla comercial del G7 contra China es una buena oportunidad para que las empresas japonesas recuperen parte de su cuota de mercado, en especial si el yen se mantiene débil, lo que abarata sus exportaciones. El problema es que un yen débil puede convertirse en un mecanismo para que Japón importe inflación, ya que compra muchos productos del exterior, y cada vez les salen más caros, dado el deterioro en el tipo de cambio. Algunos analistas apoyan la tesis de que Japón podría estar saliendo de ese entorno económico deprimente al que nos tiene acostumbrados desde hace décadas. Pero personalmente no lo tengo tan claro, porque en esa visión optimista se deja de lado algo crucial como es la deuda en la que ha incurrido el gobierno nipón para mantener el nivel de vida de los japoneses, y que no tiene parangón en el mundo, 265% del PIB. De modo que la pregunta que me hago es “¿qué pasa con los tipos de interés si Japón comienza a crecer más y a tener una tasa de inflación más elevada, todo ello derivado de una fuerte depreciación del yen?” La respuesta obvia sería “pues que el Banco de Japón tendrá que seguir subiendo los tipos de interés. Pero ¿Cuánto va a poder subirlos antes de cargarse de nuevo la economía si con un simple movimiento del -0.10% al +0.10% se ha duplicado la factura de lo que tiene que pagar como intereses de la deuda hasta 24.8 trillones de yenes ($169 billones)? ¿Qué impacto tendría subir los tipos tan solo hasta el 1% o 1.5%? No creo que la economía nipona lo aguantase.
Llegar demasiado pronto o demasiado tarde a las inversiones
Lo más difícil como inversor es saber si estás llegando demasiado pronto o demasiado tarde a una idea de mercado, o si tal vez lo estás haciendo en el momento adecuado. Cuando llegas demasiado pronto suele ser frustrante, y la ausencia de resultados puede hacerte abandonar la idea justo antes de que comience a funcionar. Si llegas demasiado tarde no es a propósito, sino porque piensas que estás llegando en el momento adecuado. Sabes que la idea está en boca de todos, es decir, es evidente que no estás descubriendo la rueda, y la tendencia es claramente alcista. La temática de tu inversión se comenta en RRSS y en todo tipo de medios de comunicación tradicionales, y eso te hace sentir bien, te sientes arropado por el rebaño que piensa como tú. Y no serás consciente de que llegaste demasiado tarde hasta que sea demasiado tarde, cuando tu inversión arroje pérdidas cada vez mayores.
Desde ese punto de vista suelo echar la vista atrás con frecuencia, y pienso en los errores y aciertos que cometí en la anterior revolución tecnológica, la llegada de internet. Hoy me pregunto lo siguiente: ¿el auge en el gasto e inversión en la Inteligencia Artificial está basado en el miedo o en la necesidad? Permitidme que os explique a que me refiero: a principios y mediados de la década de 1990, el gasto en tecnología estaba impulsado en gran medida por la innovación. La inversión en tecnología permitió a las empresas realizar mejoras incrementales en sus procesos y realizar más trabajo con menos recursos. Sin embargo, en 1999 en particular, el gasto en tecnología estuvo impulsado en gran medida por el miedo, por un lado, al efecto del “año 2000” y mayoritariamente al miedo a quedarse atrás frente a los competidores. Eso provocó una avalancha de gasto que creció dramáticamente en muy poco espacio de tiempo. Por aquel entonces, la Reserva Federal estaba tratando de controlar un mercado de valores eufórico, no muy distinto a lo que ocurre ahora, y muchas voces respetadas alertaban de la concentración de la subida en unos pocos valores, mientras que los fundamentos no coincidían del todo con los datos económicos subyacentes, algo que también podríamos esgrimir hoy. Para cuando prevaleció la calma, los líderes empresariales se dieron cuenta de que habían gastado cantidades enormes en tecnología e I+D, y que tal vez lo habían hecho demasiado tarde. Ahora, avancemos hasta el presente: hace 5 años, la automatización y la inteligencia artificial existían y mejoraban silenciosamente la productividad, pero no fue hasta 2022 con el lanzamiento de Chat GPT que se produjo la democratización de la IA, cuando se dio a conocer al mundo, y curiosamente, desde que tuvo lugar ese anuncio, en cuestión de semanas comenzamos a ver cómo proliferaban decenas y decenas de programas, muchos de ellos gratuitos, con los que hacer todo tipo de cosas usando la IA.
¿De verdad crees que este tipo de programas se desarrollan en semanas? ¿Cuántos años antes se llevaban preparando esos lanzamientos? ¿Por qué el anuncio de Chat GPT fue como el pistoletazo de salida que nos dio a conocer lo que se estaba cocinando desde hacía tanto tiempo? Y la pregunta más inquietante de todas ¿no estaremos ahora como en el año 1999 siendo atraídos a una inversión gracias a una mega campaña de marketing orquestada por las compañías de Silicon Valley?
Fuente: TradingView
Conclusión:
Antes de que opines, recuerda que no estoy poniendo en duda la utilidad de la IA, ya que personalmente creo que va a cambiar el mundo durante los próximos años, igual que lo hizo la llegada de internet. Lo que me pregunto es si a la sombra de esta nueva revolución tecnológica, los inversores estamos extrapolando beneficios futuros de compañías que hoy lideran esta nueva etapa de la misma forma que lo hicimos por ejemplo con Cisco en el año 1999. Que haya una revolución tecnológica no implica que haya que pagar múltiplos disparatados por las empresas que a priori pensamos que van a liderar nuestro futuro, porque muchas veces, no son esas compañías las que acaban liderando, sino otras que aun ni siquiera existen hoy, de la misma forma que cuando irrumpió internet en nuestras vidas no existían empresas como Meta, Netflix o Tesla, por ejemplo.
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La bolsa china empezó 2024 muy mal, pero se está reponiendo
A principios de 2024, todas las bolsas tuvieron un ligero tropiezo que duró una semana, y del que se recuperaron muy rápido, salvo en la bolsa china que no duró una semana sino un mes y donde el tropiezo se convirtió en un desplome del 15%. Por aquel entonces todos los analistas aprovecharon su pesimismo para resaltar las dificultades que atravesaba la economía China por su crisis inmobiliaria, el riesgo latente en el mercado de crédito, el déficit de los gobiernos locales, las injerencias del regulador y la situación de incertidumbre de la banca y el paro juvenil, entre otras muchas cosas.
Lo que casi nadie decía era que la bolsa había caído ya un 75% desde sus máximos de 2007, que se encontraba en el soporte del peor momento de 2008 y 2022, y que los bancos chinos ya cotizaban a los mismos múltiplos que los bancos estadounidenses a principios de 2009 tras la mayor crisis financiera desde 1929. Y mientras tanto el gobierno chino seguía aprobando medidas de estímulo tanto monetario como fiscal.
Recuerdo comentar que en mi opinión estábamos viviendo una capitulación en el sentimiento de los inversores, es decir, un éxodo tanto de los inversores internacionales que invertían directamente en proyectos en suelo chino, como de los inversores en activos financiaros como la bolsa. Desde los mínimos de enero de 2024 el índice (Hang Seng China Enterprises) ha subido un 29%, y en lo que va de año ya se apunta casi un 10% de apreciación. Tal y como se ve en el gráfico se ha roto la directriz bajista principal y se ha completado una estructura de vuelta tipo “hombro-cabeza-hombro”, cuyo objetivo nos podría acercar a la siguiente gran resistencia entre 7075 y 7100. De cumplirse este pronóstico, para cuando la bolsa alcance esa cota, habrá subido desde mínimos un 43%, y no me extrañaría nada que sea entonces cuando la comunidad de inversores comience a decir que tal vez China no sea tan mala oportunidad de inversión.
Fuente: TradingView
Conclusión
A la mayoría del mercado le gusta subirse en aquello que funciona desde hace tiempo con independencia de las valoraciones a las que cotiza, del mismo modo que huye de aquellos activos que lo hacen mal, con independencia de si sus valoraciones son atractivas. El efecto FOMO impregna toda decisión de inversión y de forma muy especial desde el año 2009, y por eso en los máximos de mercado casi todo el mundo ya está invertido y defendiendo los argumentos en los que basan que la tendencia se mantendrá al alza durante mucho más tiempo, mientras que, en los mínimos, los inversores han abandonado toda esperanza y nadie parece mostrar demasiado interés en comprar. Con independencia de lo que nos depare la bolsa china los próximos años, lo cierto es que los inversores son los consumidores más extraños que existen, porque cuanto más caro está un artículo (activo) más deseo tienen de comprarlo, mientras que cuanto más barato está, con más recelo lo observan.
Allí hablaré sobre la actualidad de los mercados financieros y exploraré junto a los asistentes las expectativas para los próximos meses.
Fechas:
Si estás por alguno de esos lugares en esas fechas, déjame saber si te interesa asistir:
Pincha en este enlace si te gustaría participar en el evento de Buenos Aires.
O pincha aquí si te interesa el evento de Bogotá.
Será un encuentro especial, con contenidos que estoy preparando con cariño. Mi intención es que realmente te sean útiles, y te ayuden a reflexionar sobre la evolución de los mercados financieros en la actualidad y qué podemos esperar en los próximos meses.
Me encantaría verte por allí.
Al invertir en bolsa, donde la precisión y la anticipación son elementos cruciales, los Pivot Points destacan como una herramienta muy valiosa para los operadores. Estos puntos de referencia proporcionan una estructura sólida para comprender en profundidad la dinámica del mercado. En este artículo de te enseño a ver cómo funcionan los Pivot Points, cómo se calculan y, lo más importante, cómo operar con ellos de manera efectiva en el mercado de valores.
El Informe «Space: The $1.8 Trillion Opportunity for Global Economic Growth», del World Economic Forum que habla del potencial transformador del espacio en la economía global y destaca la importancia de seguir invirtiendo en tecnologías espaciales para aprovechar al máximo estas oportunidades. Los expertos proyectan que la economía espacial alcance los $1.8 billones para el año 2035. Este crecimiento se atribuye al avance de las tecnologías espaciales, como las comunicaciones satelitales y la observación de la Tierra. Además, se espera que el impacto del espacio se extienda más allá de la industria espacial tradicional, beneficiando a sectores como el transporte, la alimentación, la defensa y el comercio minorista.
El aumento de los satélites lanzados y el abaratamiento de los costes de lanzamiento ha permitido una mayor accesibilidad al espacio y ha generado nuevas oportunidades comerciales. Se espera que la inversión en el espacio siga aumentando. Sólo entre 2021 y 2022 se registraron inversiones récord en la industria espacial, con más de $70 mil millones invertidos.
Entre las cosas curiosas a tener en cuenta, el informe señala que el espacio tiene el potencial de abordar algunos de los mayores desafíos mundiales, como el cambio climático y la gestión de desastres naturales.
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Esta newsletter es un paso más de un camino que comencé hace años con la intención de poner algo de luz a muchas informaciones sesgadas o poco éticas sobre lo que sucedía en el mundo de la inversión. Hoy sigo con la misma idea, creo que si lo que define al mercado es el conjunto de lo que hacemos todos los inversores juntos, necesitamos hacer esto con responsabilidad, conocimiento y la información más rigurosa. Espero que en The Trader, te sientas identificado.
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