The trader nº 122
La interpretación inteligente del mercado
La interpretación inteligente del mercado
Bienvenido a mi visión personal sobre la actualidad de los mercados financieros nº122. Gracias por tu interés, si te has perdido alguna entrega o aún no estás suscrito puedes revisar aquí
En la nueva etapa de tensión entre Estados Unidos y China, TikTok se ha convertido en el centro de la batalla. Para Donald Trump, no se trata de una aplicación de vídeos cortos, sino de un arma estratégica. Su objetivo es claro: controlar primero la propiedad y, sobre todo, el algoritmo que decide qué contenidos ven millones de personas cada día.
El razonamiento es doble. Por un lado, EE. UU. apela a la seguridad nacional: no puede permitir que un rival geopolítico como China tenga acceso a los datos de sus ciudadanos. ByteDance, la matriz de TikTok mantiene vínculos con el Partido Comunista, lo que convierte la aplicación en un riesgo evidente. Pero la verdadera razón va más allá: TikTok moldea comportamientos sociales y políticos, y en un país como EE. UU., eso significa también capacidad de influencia electoral.
Durante las negociaciones celebradas recientemente en Madrid, Trump y Xi alcanzaron un preacuerdo que marca un punto de inflexión. La filial estadounidense de TikTok quedaría bajo control mayoritario de inversores norteamericanos, con ByteDance manteniendo solo una participación minoritaria. El algoritmo que determina el contenido que consumen millones de usuarios pasaría a estar bajo supervisión estadounidense, y el consejo de administración tendría mayoría de miembros de EE. UU. Además, se ha concedido más tiempo a ByteDance para cerrar la operación antes de que entre en vigor la amenaza de prohibición. Se trata de un pacto que no resuelve todo, pero que muestra hasta qué punto ambos líderes entienden que TikTok es mucho más que entretenimiento.
Un ejemplo de su poder lo vimos en Rumanía, donde un candidato antisistema logró imponerse gracias al empuje de miles de vídeos con respaldo ruso. Y en EE. UU., Harvard Kennedy School analizó más de 56.000 vídeos durante las presidenciales de 2024, mostrando cómo la red se convirtió en terreno fértil para mensajes tóxicos, racistas y conspirativos, especialmente entre votantes trumpistas. Otro estudio, esta vez de Sage Journals sobre 16 millones de vídeos, confirmó que el contenido más radical atrae menos usuarios, pero genera mayor interacción. Así nacen las “cámaras de eco”, donde los usuarios solo ven reforzadas sus propias creencias.
Estamos entrando en la era de la desinformación. La información circula a una velocidad vertiginosa: en cuestión de segundos se comparte, se manipula o incluso se fabrica desde cero. Cada vez se dedica menos tiempo a contrastar, a verificar si lo que leemos o vemos es real o inventado. Y son precisamente esas dinámicas las que alimentan las redes sociales que hoy marcan el pulso de la opinión pública. Algoritmos diseñados para premiar lo que más engancha priorizan la emoción frente al rigor.
Para Trump, esa dinámica es clave: necesita que el universo MAGA no sea percibido como una burbuja, sino como la realidad dominante. Su problema es que Xi, y también Rusia, quieren lo mismo. En un mundo donde el poder ya no se mide solo en ejércitos o dinero, sino en percepciones y narrativas, la batalla por TikTok revela el nuevo terreno de disputa global.
Controlar TikTok significa controlar un pedazo de la opinión pública mundial. Trump lo sabe y Xi también. Y en esa pugna, lo que está en juego no es una aplicación, sino quien moldea la realidad que consumimos a diario.
Cierre Semanal | Cierre Anual | Precio actual | Últimos 5 días | En el año | |
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S&P500 | 6628.91 | 5881.94 | 6636.99 | 0.12% | 12.84% |
Nasdaq100 | 24439.55 | 21017.27 | 24500.76 | 0.25% | 16.57% |
Eurostoxx50 | 5469.19 | 4884.62 | 5455.94 | -0.24% | 11.70% |
Ibex35 | 15268.40 | 11595.00 | 15165.30 | -0.68% | 30.79% |
Oro | 3686.80 | 2639.30 | 3784.30 | 2.64% | 43.38% |
Brent | 66.86 | 74.80 | 68.20 | 2.00% | -8.82% |
Natgas | 3.23 | 3.63 | 3.14 | -2.67% | -13.53% |
SSE | 3830.44 | 3354.29 | 3855.35 | 0.65% | 14.94% |
Bitcoin | 115690.55 | 93484.46 | 111783.46 | -3.38% | 19.57% |
*Cierre semanal: 18 de septiembre del 2025 a las 10:00
*Cierre anual: Último dato del 31 de diciembre del 2024
*Cierre anual de Eurostoxx: 30 de diciembre del 2024
*Precio Actual: 25 de septiembre del 2025 a las 10:00
La reserva federal da un nuevo empujón a la bolsa
Powell repite que las decisiones se toman reunión a reunión, pero las proyecciones publicadas en septiembre lanzan un mensaje difícil de ignorar: los tipos de interés deberían cerrar el año en torno al 3,6%, lo que implica dos recortes adicionales de 0,25% en octubre y diciembre. No sorprende que la reacción inmediata haya sido de euforia en los mercados bursátiles.
La Fed reconoce que la economía ha resistido mejor de lo previsto y eleva la previsión de crecimiento al 1,6% para 2025. Sin embargo, también proyecta un repunte del paro al 4,5% este año. En sus estimaciones, se trataría de un deterioro puntual: ya que prevén que la tasa vuelva a moderarse al 4,4% en 2026 y al 4,3% en 2027. Pero al escuchar a Powell hablar sobre el colapso simultáneo en la oferta y la demanda de empleo, cuesta compartir esa visión tan optimista de que el problema será pasajero.
En paralelo, la lucha contra la inflación sigue abierta. El propio Powell admitió que esperan un PCE cercano al 3% a finales de año, lo que implicaría un IPC en torno al 3,4%, todavía lejos del objetivo del 2%. Aquí surge la gran contradicción: si uno de los mandatos de la Fed se aleja tanto de la meta, ¿qué justifica dos recortes más en 2025? La única lectura posible es que el deterioro del empleo es más serio de lo que reconocen en público.
El Dot Plot refleja bien estas tensiones. La dispersión de previsiones entre los miembros del FOMC es una de las mayores en años: algún consejero ve los tipos claramente por debajo del 3% en los próximos ejercicios, mientras que otros los sitúan por encima del 4%.
Fuente: Reserva Federal
El mercado, sin embargo, ha preferido quedarse con el mensaje de relajación monetaria y no con las sombras que arrojan tanto la inflación como el mercado laboral.
Conclusión: la Fed se ha mostrado más “dovish” o blanda de lo esperado, anticipando bajadas rápidas de tipos mientras admite que este año habrá un deterioro adicional en inflación y desempleo. Es una forma de blindarse ante datos negativos a corto plazo, con la esperanza de que las cosas empiecen a mejorar a partir de 2026.
Trump dinamita la ONU: niega el cambio climático y carga contra la inmigración
Donald Trump volvió a generar titulares en la Asamblea General de Naciones Unidas con un discurso combativo en el que atacó a la propia organización, cuestionó su utilidad y cargó contra las políticas de inmigración y de cambio climático de varios países. Durante casi una hora, el presidente estadounidense acusó al organismo internacional de ofrecer solo “palabras vacías” y llegó a calificar el cambio climático como “la mayor estafa jamás perpetrada en el mundo”. Según Trump, los países que promueven la apertura de fronteras y la transición energética hacia las renovables están “yendo al infierno”.
En un tono plagado de reproches, comenzó denunciando que el organismo no ha apoyado sus esfuerzos diplomáticos y llegó incluso a quejarse de problemas técnicos durante el evento, como un teleprompter defectuoso o un ascensor que falló cuando la primera dama lo utilizaba. Estos detalles, lejos de anecdóticos, reflejaron un desprecio abierto hacia la institución.
Su discurso violó las reglas no escritas de la Asamblea al criticar directamente a otros países: censuró a Reino Unido y Alemania por sus políticas verdes, a Grecia y Suiza por aceptar inmigrantes, y a Brasil por lo que calificó de censura y represión. A la vez, ensalzó sus propios logros, asegurando que había tenido razón “en todo” y presentando su política migratoria como un acto humanitario para evitar muertes en los intentos de cruce ilegal hacia EE. UU.
En materia energética, repitió su defensa del carbón (rebautizado como “carbón limpio y hermoso”) frente a las renovables. Y volvió a acusar a la ONU de “financiar invasiones” por su apoyo a los solicitantes de asilo, exigiendo que se detenga la ayuda a migrantes.
En política internacional, mantuvo su línea dura: criticó a los países que han reconocido a Palestina, que ya suman más de ciento cuarenta, e impuso nuevas restricciones a los diplomáticos iraníes. A la vez, mostró un lado más pragmático en encuentros bilaterales, como con el presidente brasileño Lula da Silva, con quien acordó verse la semana siguiente pese a sus críticas públicas, o con el argentino Javier Milei, a quien volvió a respaldar abiertamente.
Pero Trump no sería Trump si no cambiase de opinión continuamente: ahora sostiene que Kiev, con el apoyo de la Unión Europea, puede recuperar todo su territorio y respalda que la OTAN derribe aviones rusos que violen su espacio aéreo. Sin embargo, todavía evita comprometerse con garantías de seguridad inmediatas o con un despliegue directo de tropas estadounidenses, limitándose a suministrar armas a la OTAN para que las gestione. Ese acercamiento, además, llega con condiciones: exige que Europa asuma un papel mucho mayor, especialmente cortando por completo las compras de energía rusa y alineándose con sanciones o aranceles más duros contra Moscú. Putin ha jugado durante años al ratón y al gato con Trump, y este parece dispuesto a endurecer su postura.
En definitiva, la intervención de Trump supuso una nueva escalada en su enfrentamiento con la ONU. Al cuestionar tanto sus objetivos como su utilidad práctica, reafirmó su visión de un orden internacional en el que Estados Unidos actúe de forma unilateral, con fronteras cerradas y energía fósil, en oposición a consensos multilaterales y políticas globales sobre clima y migración.
Conviene recordar que fue Harry Truman quien, en 1945, pidió crear un marco práctico para resolver disputas sin “bombas ni bayonetas”. Aquella tradición de realismo entendía que los intereses de Estados Unidos y los del resto del mundo estaban entrelazados. Trump, en cambio, reduce todo a un cálculo inmediato de coste y beneficio para su país, haciendo que EE. UU. pase de arquitecto del sistema multilateral a ser su principal desestabilizador.
Lo que Trump y su entorno no parecen comprender es que la ONU no moldea el mundo, sino que lo refleja: funciona cuando las grandes potencias cooperan y se paraliza cuando se enfrentan. Ignorar esta verdad equivale a debilitar el último dique que separa a la humanidad de un nuevo desastre global.
Alemania reabre el debate de las pensiones en Europa
Alemania ha reabierto uno de los debates más complicados para el futuro del Estado de Bienestar en Europa: la sostenibilidad del sistema público de pensiones. El canciller Friedrich Merz ha lanzado su “otoño de las reformas” y lo ha hecho empezando por un modelo que ya no se sostiene. En 1992 había 2,7 cotizantes por cada jubilado; hoy son menos de dos y en 2050 apenas habrá 1,3. A esto se suma un aumento notable de la esperanza de vida y un gasto que ya se ha disparado más de un 60% desde 2010, hasta alcanzar los 408.000 millones de euros en 2024. El Estado tuvo que aportar más de 116.000 millones para tapar el agujero.
La gran reforma está prevista para 2027, pero ya se han adelantado medidas: desde la vuelta de la jubilación forzosa a los 63 años para quienes hayan cotizado al menos 35 años, pero con recortes permanentes del 14,4% en la pensión, hasta vincular la edad de jubilación a la esperanza de vida. También se habla de penalizar a quienes rechacen empleos mientras reciben ayudas sociales. El objetivo declarado es estabilizar las pensiones en el 48% del salario medio hasta 2031, pero a costa de decisiones impopulares que suponen un cambio profundo en el pacto intergeneracional.
Sería injusto hablar de Alemania como un caso aislado, porque no está sola en esta carrera contra el tiempo. Dinamarca ya ha aprobado elevar progresivamente la edad de jubilación hasta los 70 años, con la idea de seguir subiéndola según aumente la esperanza de vida: un danés nacido en 1996 podría retirarse con 74 años. Bélgica penaliza con un 2% anual las jubilaciones anticipadas y subirá la edad legal a 67 en 2030. Italia y Países Bajos ya sitúan la jubilación en 67 años, y Francia trata de llevarla de 62 a 64 años en 2030, en medio de un clima de protesta social que ha costado la dimisión de varios primeros ministros. La dirección es clara: más años trabajando, menos margen para retirarse antes y prestaciones menos generosas.
España, en cambio, nada a contracorriente. El Gobierno insiste en que no hay un problema de sostenibilidad, mantiene la revalorización con el IPC y conserva una de las tasas de sustitución más altas de Europa, solo superada por Grecia. En la práctica, un jubilado español percibe una pensión muy cercana a su último salario, mientras que en países como Alemania o Países Bajos esa tasa cae por debajo del 50%. Pero este modelo tan generoso tiene un precio: un déficit contributivo de más de 66.000 millones de euros al año, que se cubre con impuestos desviados de áreas como la educación, la sanidad o la inversión en innovación. Es decir, seguimos financiando el presente mientras hipotecamos nuestro futuro.
Alemania, a diferencia de España, ha decidido afrontar el problema de frente, aunque las soluciones sean impopulares. Otros países europeos llevan años aplicando ajustes similares. Los políticos españoles, en cambio, prefiere aplazar el debate, manteniendo un sistema tan generoso como insostenible. El dilema no es si habrá reforma, sino cuándo y en qué condiciones llegará. Y cuanto más se retrase, más traumática será.
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¿Del ladrillo a la bolsa? 23 billones de ahorro buscando destino
Los hogares chinos tienen acumulados más de 23 billones de dólares en ahorros. Una montaña de liquidez que empieza a buscar destino y que, poco a poco, se dirige hacia la bolsa. No es tanto una cuestión de entusiasmo bursátil como de pura necesidad: los canales tradicionales de inversión ya no ofrecen rentabilidad.
Los depósitos bancarios rinden en torno al 1,3% a cinco años y los fondos monetarios apenas alcanzan el 1,1%. Invertir en inmuebles, que durante décadas fue el pilar de la riqueza familiar, tampoco es atractivo: los precios encadenan cuatro años de caídas y el Gobierno de Xi Jinping insiste en que las casas “son para vivir, no para especular”. A esto se suma que el 58% del patrimonio familiar ya está concentrado en ladrillo, con poco margen para seguir aumentando exposición.
La alternativa natural se está convirtiendo en la renta variable. El índice CSI 300 ha subido más de un 25% desde abril (ver gráfico), impulsado por el furor de la inteligencia artificial y por el alivio que supuso un Trump más pragmático con China en su política comercial. El movimiento tiene lógica: con la tasa de ahorro de los hogares en el 31,7% —una de las más altas del mundo— y escasas opciones de inversión, el capital doméstico busca en la bolsa lo que no encuentra en los bancos ni en el ladrillo.
Fuente: Tradingview
Este trasvase tiene implicaciones enormes. Por un lado, puede dar aire a los mercados chinos y reforzar el papel de las bolsas locales como alternativa real de inversión. Pero también abre la puerta a riesgos: burbujas alimentadas por expectativas poco realistas, volatilidad extrema y el eterno interrogante sobre la intervención regulatoria de Pekín.
Estamos asistiendo a un cambio de paradigma. La cultura del ahorro chino, históricamente conservadora y enfocada en depósitos e inmuebles, se ve obligada a virar hacia la renta variable. Ese movimiento no solo puede redefinir los mercados financieros del país, sino también reconfigurar la manera en que se distribuye la riqueza en la segunda economía del mundo.
En los últimos años, el hidrógeno se ha consolidado como una de las apuestas más firmes dentro de la transición energética. Ya no hablamos de una promesa a futuro, sino de una tecnología que está captando inversión pública y privada a gran escala. Y como ocurre con cualquier megatendencia en los mercados, también está empezando a trasladarse al terreno de los productos cotizados. En este artículo quiero explicarte por qué cada vez más inversores están prestando atención a los ETFs de hidrógeno, cómo puedes acceder a ellos desde España y qué debes tener en cuenta a la hora de seleccionarlos para tu cartera.
Esta semana he tenido la oportunidad de debatir en el diario La Razón sobre Oportunidades de inversión en tiempos de incertidumbre junto a gestores de A&C, Bestinver y BlackRock
Vivimos rodeados de titulares que hablan de hechos “históricos” e “inéditos”, aunque pocas veces lo sean realmente. Lo que sí es real es la necesidad de contar con análisis riguroso, templanza y visión estratégica para navegar un mercado marcado por la inflación volátil, la incertidumbre económica y la inestabilidad geopolítica.
Hablamos mucho de cómo la volatilidad puede ser un aliado en este entorno y en como transformar decisiones aisladas en una estrategia coherente y fiscalmente eficiente, diseñada en torno al perfil de riesgo y los objetivos de cada inversor. Solo así la incertidumbre se convierte en una oportunidad de largo plazo.
Aquí puedes ver la mesa redonda que moderó el periodista de Onda Cero, Ignacio Rodríguez Burgos, y acceder a las ideas principales Ver el vídeo en La Razón
Un año más, estoy nominado y agradecido a Rankia y a su enorme comunidad de inversores por incluirme entre los profesionales del sector financiero que más han aportado este año a la sociedad a través de su conocimiento, cercanía y capacidad divulgativa. Este 2025 tengo nominaciones como Mejor Analista Técnico, Mejor Divulgador Financiero y a la Mejor Academia de Formación. Si eres alumno mío o simplemente esta newsletter te ayuda a ser mejor inversor, te pido tu confianza y tu voto este año para mi academia de inversión. Muchas gracias. Puedes registrar tu voto aquí
Esta newsletter es un paso más de un camino que comencé hace años con la intención de poner algo de luz a muchas informaciones sesgadas o poco éticas sobre lo que sucedía en el mundo de la inversión. Hoy sigo con la misma idea, creo que si lo que define al mercado es el conjunto de lo que hacemos todos los inversores juntos, necesitamos hacer esto con responsabilidad, conocimiento y la información más rigurosa. Espero que en The Trader, te sientas identificado.
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