The trader nº 120
La interpretación inteligente del mercado
La interpretación inteligente del mercado
Bienvenido a mi visión personal sobre la actualidad de los mercados financieros nº120. Gracias por tu interés, si te has perdido alguna entrega o aún no estás suscrito puedes revisar aquí
La historia suele avanzar a distintos ritmos: lo inmediato, lo que cambia en décadas y lo que apenas se mueve en siglos. El historiador francés Fernand Braudel lo llamaba los ciclos de la historia. Hoy, sin embargo, parece que los tres se mueven al mismo tiempo. Desde Europa hasta Asia y América Latina, los acontecimientos se aceleran y dibujan un mapa internacional cada vez más fragmentado.
En Ucrania, los intentos de mediación siguen sin resultados. Rusia acaba de lanzar el mayor ataque aéreo desde el inicio de la guerra, con más de 800 drones y misiles sobre varias ciudades, que dejaron decenas de víctimas y dañaron por primera vez el edificio del Gobierno en Kiev. La respuesta de Ucrania no se hizo esperar: un golpe al oleoducto Druzhba en territorio ruso, infraestructura vital para el suministro de crudo hacia Europa central. La dinámica de acción y reacción confirma que la guerra no se acerca a su final, sino que se adentra en una fase todavía más peligrosa, en la que Putin pone a prueba el compromiso de la OTAN. Y aunque las sanciones pretendían aislar al Kremlin, la reciente cumbre en Pekín ha demostrado lo contrario: Rusia consolida apoyos entre países que buscan presentarse como alternativa a Occidente y que ofrecieron un respaldo sin fisuras a Putin.
En Oriente Próximo, Israel intensifica su ofensiva contra Hamas. La eliminación de Abu Obaida, portavoz y figura clave del brazo armado islamista, supuso un golpe simbólico y operativo para la organización, pero la campaña no se detiene. Los líderes supervivientes dentro y fuera de la Franja siguen en el punto de mira, tal y como demuestran el reciente ataque a la cúpula de Hamas en Doha, la capital de Qatar. Mientras tanto, la población civil continúa atrapada en una crisis humanitaria sin precedentes. La guerra se prolonga y el precio humano no deja de aumentar.
En Europa, Francia vuelve a ser epicentro de la inestabilidad. François Bayrou presentó su dimisión tras perder el apoyo parlamentario, confirmando una legislatura marcada por la fragilidad, con cinco primeros ministros en apenas dos años. Emmanuel Macron deberá decidir ahora si nombra un sucesor capaz de sacar adelante los presupuestos o si se arriesga a un escenario mucho más incierto con elecciones anticipadas. Lo cierto es que la erosión política francesa añade otra grieta en el corazón de Europa en un momento en el que la cohesión es más necesaria que nunca.
En Asia, Japón atraviesa un momento especialmente delicado. La dimisión del primer ministro Shigeru Ishiba, tras los malos resultados electorales, ha abierto un vacío de liderazgo en una de las mayores potencias económicas del mundo. El Partido Liberal Democrático deberá elegir a su sucesor en un Parlamento fragmentado, lo que añade incertidumbre a la gobernabilidad en Tokio. A esta fragilidad interna se suma la tensión externa: la reciente imposición de aranceles de Estados Unidos a productos japoneses ha golpeado directamente a su economía exportadora. Todo ello llega en el peor momento posible: el país más endeudado del mundo se enfrenta a un aumento sin precedentes en el coste de financiación a largo plazo y, tras décadas de deflación, ya no es capaz de contener unas presiones inflacionistas que amenazan con desestabilizar aún más su economía.
En el Caribe, Estados Unidos ha intensificado su pulso con Venezuela. El despliegue de aviones y buques, oficialmente enmarcado en operaciones antinarcóticos, responde también a la necesidad de disuadir a Caracas de tensar la frontera con Guyana, donde se concentran importantes explotaciones petroleras. Al mismo tiempo, Washington aprovecha para reforzar su narrativa contra la ilegitimidad del régimen de Maduro, tras unas elecciones totalmente manipuladas, y para responder al problema migratorio que ya golpea de lleno a su política interna.
Todo esto ocurre mientras Estados Unidos redefine su papel global bajo el segundo mandato de Trump. El país que durante décadas fue garante de la seguridad internacional y del libre comercio se ha convertido en un socio más proteccionista y menos dispuesto a financiar el orden mundial. Aranceles en máximos, repliegue militar y presiones sobre instituciones independientes como la Reserva Federal marcan un cambio de época. El mensaje es inequívoco: América ya no quiere cargar sola con el peso del mundo.
La consecuencia es una fractura internacional que recuerda a las grandes divisiones del siglo XX. La diplomacia pierde terreno, la confrontación gana espacio y los bloques de poder se consolidan con visiones opuestas sobre el futuro del orden mundial. La “Pax Americana”, ese periodo de relativa paz y estabilidad internacional bajo el liderazgo de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial se desvanece a gran velocidad. El presente lidia con guerras abiertas que obligan al rearme mundial, el coste creciente de la crisis climática, el problema de la inmigración, el cambio en la estructura de la pirámide poblacional y la irrupción de la inteligencia artificial, lo que hace que incluso aquello que parecía inmutable empiece a moverse.
Cierre Semanal | Cierre Anual | Precio actual | Últimos 5 días | En el año | |
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S&P500 | 6459.93 | 5881.94 | 6531.71 | 1.11% | 11.05% |
Nasdaq100 | 23438.12 | 21017.27 | 23847.97 | 1.75% | 13.47% |
Eurostoxx50 | 5346.31 | 4884.62 | 5370.61 | 0.45% | 9.95% |
Ibex35 | 14878.20 | 11595.00 | 15225.40 | 2.33% | 31.31% |
Oro | 3617.90 | 2639.30 | 3654.90 | 1.02% | 38.48% |
Brent | 66.39 | 74.80 | 66.83 | 0.66% | -10.66% |
Natgas | 3.38 | 3.63 | 3.30 | -2.54% | -9.15% |
SSE | 3761.88 | 3354.29 | 3874.60 | 3.00% | 15.51% |
Bitcoin | 110670.02 | 93484.46 | 114003.79 | 3.01% | 21.95% |
*Cierre semanal: 4 de septiembre del 2025 a las 10:00
*Cierre anual: Último dato del 31 de diciembre del 2024
*Cierre anual de Eurostoxx: 30 de diciembre del 2024
*Precio Actual: 11 de septiembre del 2025 a las 11:29
El empleo en EE. UU. se resquebraja y la FED prepara la tijera
El informe de empleo de agosto en Estados Unidos ha confirmado las peores previsiones. Apenas se crearon 22.000 puestos frente a los 75.000 previstos y, lo que es peor, las cifras de mayo y junio fueron revisadas a la baja en casi 280.000 empleos. Lo que parecía un mercado laboral sólido empieza a mostrar grietas cada vez más profundas. El deterioro golpea a muchos sectores clave, y en los últimos tres meses se consolidan pérdidas de 13.000 empleos en la minería, en la construcción 10.000, en la manufactura 31.000, en el sector de la información 15.000, en los servicios profesionales 51.000 y en el propio Gobierno federal 34.000. Solo el sector financiero logró esquivar la destrucción de empleo, aunque sin generar nuevos puestos. La única rama que sostiene el mercado laboral es la sanidad, un pilar que más que fortaleza refleja dependencia y vulnerabilidad.
Fuente: Bureau of Labor Statistics (BLS)
Las revisiones a la baja de los últimos meses han terminado por provocar una reacción política inmediata. La administración Trump, irritada porque los datos contradicen el relato oficial de fortaleza económica, decidió destituir a Erika McEntarfer, comisionada de la Oficina de Estadísticas Laborales, acusándola sin pruebas de manipular las cifras. La decisión encaja en un patrón cada vez más evidente: buscar culpables cuando los números no acompañan, aun a costa de comprometer la independencia del organismo encargado de medir el empleo.
En este contexto, todas las miradas ahora se centran en la Reserva Federal. El último dato del mercado laboral, las revisiones negativas de los meses anteriores y la presión desde la Casa Blanca han puesto en marcha un cambio de rumbo monetario. El mercado ya lo descuenta con claridad: no solo espera un recorte de tipos en septiembre, sino hasta tres bajadas de aquí a final de año. La gran incógnita es si la FED podrá abrir la puerta a varios recortes cuando la inflación aún no está plenamente bajo control, ya que tendrá que priorizar entre frenar los precios o evitar que la economía se adentre en una desaceleración más profunda.
Cuando la marea del dinero lo eleva todo
Cada vez más gente se pregunta cómo es posible que, en un entorno de tanta incertidumbre geopolítica, las primas de riesgo estén en mínimos y activos tan distintos como la bolsa, las criptomonedas o el oro marquen máximos históricos. La explicación no está solo en la confianza o la psicología de los mercados, sino en dos variables clave: la cantidad de dinero en circulación (M2) y la velocidad con la que ese dinero se mueve en la economía real.
La M2 ha crecido de manera constante en las últimas décadas, con un salto sin precedentes en 2020, cuando la Reserva Federal y otros bancos centrales inundaron el sistema para contener los efectos de la pandemia. Sin embargo, la inflación no explotó de inmediato porque la otra variable —la velocidad del dinero— se desplomó. Había mucho más dinero en circulación, pero apenas se utilizaba: el ahorro forzoso, la incertidumbre y las restricciones paralizaron su efecto inflacionario.
La interacción entre ambas magnitudes es determinante. Una expansión de M2 acompañada de una alta velocidad multiplica el impacto sobre los precios de bienes, servicios y activos financieros. Pero si la velocidad cae, el exceso de liquidez se canaliza hacia los mercados, alimentando subidas generalizadas en acciones, inmuebles o criptomonedas sin trasladarse con igual fuerza a la economía real.
Fuente: FRED
En cualquier caso, el exceso de M2 siempre erosiona la capacidad adquisitiva del dinero. Al fin y al cabo, si la oferta de un bien crece más rápido que su demanda, su valor tiende a caer. Eso es, en esencia, lo que llamamos inflación: la pérdida progresiva del poder de compra.
Ahora bien, la economía es más compleja que una ecuación con dos variables. Durante décadas, la globalización y el desarrollo tecnológico contuvieron las presiones inflacionistas, incluso en momentos de fuerte expansión monetaria. Hoy, sin embargo, al menos una de esas fuerzas ya no juega a favor. El retroceso de la globalización y las tensiones en las cadenas de suministro han reducido ese colchón.
Lo que vemos en los mercados es, en buena medida, el reflejo de esta marea de liquidez. Una marea que eleva a la vez activos de riesgo y refugios, porque cuando sobra dinero, todo encuentra comprador. Como inversor, debes asegurarte de estar en un barco que no vaya a hundirse cuando la marea se retire.
La OPEP+ cambia su objetivo: precios más bajos pero mayor cuota de mercado
La OPEP+ sigue adelante con su giro estratégico. Tras meses aumentando la producción, ahora ha decidido añadir en octubre otros 137.000 barriles diarios, avanzando en el desmantelamiento de los recortes que sumaban 1,66 millones de barriles y que en principio debían mantenerse hasta 2026. La cifra es más moderada que en meses anteriores y probablemente inferior en la práctica, ya que varios países carecen de capacidad real o deben compensar excesos previos. Lo relevante no es solo el volumen, sino la dirección: el grupo liderado por Arabia Saudí y Rusia ha dejado atrás la vieja fórmula de defender precios altos y apuesta claramente por recuperar cuota de mercado.
La razón es evidente. Mientras la OPEP+ recortaba, otros aprovecharon el hueco. Estados Unidos sigue al frente del suministro mundial. Guyana, con el desarrollo de su yacimiento offshore, está ya cerca de producir un millón de barriles al día. Y países como Brasil o Canadá han consolidado su presencia con incrementos constantes de producción. En este escenario, Arabia Saudí juega un papel decisivo: es de los pocos países con capacidad inmediata para poner más barriles en el mercado, como muestra la Agencia Internacional de la Energía (ver gráfico). Casi todo el margen adicional recae sobre Riad y, en menor medida, sobre Emiratos Árabes Unidos. Esa ventaja convierte a Arabia Saudí en el auténtico árbitro del mercado y explica su pragmatismo: mantener precios elevados solo servía para que otros ganaran terreno.
Fuente: IEA
Los precios han reaccionado con cierta estabilidad. Tras conocerse la medida, el Brent recuperó parte de lo perdido en semanas anteriores y volvió a superar los 66 dólares. Sin embargo, persisten dudas sobre la sostenibilidad: la Agencia Internacional de la Energía estima que el superávit de crudo alcanzará un récord en 2026 y Goldman Sachs prevé que el Brent pueda caer hasta la zona de los 50 dólares.
Tampoco faltan factores externos que añaden presión. Estados Unidos ha intensificado sus demandas de precios más bajos para contener la inflación, y la próxima visita de Mohammed bin Salmán a Washington en noviembre podría estar vinculada a esa presión. Por otro lado, China ha ayudado a sostener la demanda con un fuerte ritmo de almacenamiento de crudo (unos 200.000 barriles diarios), aunque difícilmente podrá absorber todo el exceso que se avecina.
Detrás de este giro hay muchos factores en juego. Una eventual sobreoferta el próximo año podría hundir aún más los precios. El petróleo sigue siendo decisivo en la evolución de la inflación global y, por tanto, en las decisiones de los bancos centrales. Para Rusia, es la fuente esencial de financiación de la guerra en Ucrania, lo que añade un componente geopolítico inevitable. Y la gran incógnita: ¿qué ocurriría si la economía mundial se desacelera mientras la producción sigue aumentando? La abundancia de crudo podría entonces convertirse en el catalizador que acelerara la caída de precios de la energía, desestabilizando la economía de los países productores, pero, por otro lado, ayudando a contener las presiones inflacionistas a nivel global.
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Europa atrapada entre divisiones internas y el giro migratorio
Ursula von der Leyen se enfrenta a uno de los momentos más difíciles de su mandato. Apenas diez meses después de iniciar su segundo periodo al frente de la Comisión, el Parlamento Europeo llega a su discurso del Estado de la Unión cargado de reproches: el pacto comercial con Estados Unidos considerado demasiado favorable a Trump, la conclusión acelerada del acuerdo con Mercosur que enfurece a los agricultores, el retroceso en políticas climáticas y su silencio ante el conflicto de Gaza. A ello se suman tensiones institucionales tras la moción de censura de julio y el riesgo de nuevas votaciones que podrían repetirse como un ejercicio recurrente de desgaste político.
Lo que debería ser un discurso para marcar el rumbo del nuevo curso se ha convertido en un ejercicio de supervivencia. Von der Leyen no tiene demasiados logros que exhibir y ve cómo su coalición de apoyos se resquebraja. Los socialistas, liberales y verdes critican su gestión, incluso dentro de su propio Partido Popular Europeo hay voces disconformes, y los extremos políticos aprovechan cada tropiezo para debilitar aún más su posición. El resultado es una Europa que transmite imagen de división y falta de liderazgo en un momento de máxima tensión internacional.
A este escenario se suma un factor que está reconfigurando por completo el tablero político europeo: la inmigración. Lo que hace apenas unos años era un debate secundario, hoy es uno de los principales determinantes del peso de los futuros gobiernos. Y no solo afecta a quienes gobiernan, sino especialmente a quienes capitalizan el descontento desde la oposición. Desde Reino Unido hasta España, los partidos que abanderan posturas más radicales marcan la agenda y arrastran a los tradicionales hacia posiciones cada vez más restrictivas.
Italia es el caso paradigmático. Giorgia Meloni ha convertido la inmigración en el eje de su mandato y, pese a sus propuestas polémicas en la escena internacional, ha logrado consolidar un liderazgo de casi tres años al frente del país. En Reino Unido, Nigel Farage, sin ocupar el poder, ha conseguido condicionar el debate con un mensaje duro contra la inmigración que ha elevado su intención de voto y forzado a los grandes partidos a endurecer su discurso. España reproduce esa misma dinámica: Santiago Abascal ha situado la inmigración en el centro de su estrategia, presionando tanto que incluso partidos moderados han endurecido su posición en temas como el control de fronteras o la gestión de menores no acompañados.
En Francia y Alemania, el viraje es más pausado, pero igual de claro. Marine Le Pen y la AfD han dejado una huella profunda: desde la crisis migratoria de 2015 el debate no ha dejado de escalar y hoy los grandes partidos se ven obligados a mover líneas rojas que parecían intocables.
El dilema de fondo es que Europa avanza hacia un modelo cada vez más restrictivo en materia migratoria justo cuando su pirámide demográfica apunta en la dirección contraria. Con tasas de natalidad muy por debajo del nivel de reposición, la falta de mano de obra es un problema estructural que amenaza el futuro productivo y el sostenimiento del estado del bienestar. La paradoja es evidente: aquello que hoy se combate con firmeza puede convertirse en la única solución viable para sostener la economía europea en el futuro.
Europa lidia así con una doble amenaza: la división política interna que debilita a sus instituciones y un dilema migratorio que puede ser a la vez el mayor problema y la mayor solución de su tiempo. Si no se gestiona con inteligencia y visión de futuro, el continente corre el riesgo de enfrentarse a una crisis demográfica y económica de dimensiones históricas.
Muchas veces me han preguntado: «Pablo, ¿cómo rentabilizo mis ahorros sin asumir grandes riesgos?» Y mi respuesta suele empezar con una frase que me ha acompañado toda la vida: preservar capital es el primer mandamiento de cualquier inversor sensato.
En este artículo quiero compartir contigo algunas estrategias prácticas para hacer crecer tus ahorros con una exposición al riesgo muy limitada. No hablamos de fórmulas milagrosas ni de promesas vacías, sino de opciones reales, accesibles y sobre todo bien gestionadas.
OpenAI acaba de publicar un nuevo artículo en el que argumenta que los sistemas de IA alucinan porque los métodos de entrenamiento estándar recompensan más las conjeturas seguras que la incertidumbre, lo que podría abrir un camino hacia la resolución de los problemas de calidad de la IA. El nuevo análisis señala que la raíz del problema está en cómo entrenamos los modelos donde se premia más “adivinar con confianza” que admitir un “no lo sé”.
Lo que descubrieron los investigadores:
Esta noticia me parece interesante porque este cambio puede ser clave para reducir alucinaciones en la IA. Si se empieza a valorar la honestidad sobre el azar, y se trabaja en ello, tendremos modelos más fiables, que conocerán sus límites y ganen lo que de verdad cuenta: confianza y seguridad en tareas críticas.
Veo en ello algunos paralelismos con la inversión:
Si esta línea de investigación prospera, podríamos ver IA financieras más seguras y creíbles, que ayuden a tomar mejores decisiones en un entorno de alta incertidumbre.
The Let Them Theory ha pasado de ser un simple vídeo viral en redes a convertirse en un fenómeno global acompañado de libro. Su mensaje es tan directo como transformador: deja de gastar energía intentando controlar lo que no puedes —las opiniones, reacciones o decisiones de los demás— y redirígela hacia lo que sí depende de ti.
El libro gira en torno a dos principios:
Creo que para los inversores el libro nos proporciona varias enseñanzas porque invertir es, en esencia, un ejercicio de lidiar con la incertidumbre y las reacciones ajenas. En resumen: los mercados hacen lo que hacen. Suben, bajan, se mueven por factores, muchos de los cuales no siempre podemos anticipar. Intentar controlarlos es tan inútil como desgastante. Las decisiones de otros inversores, analistas o gobiernos no están bajo nuestro control, pero lo que sí podemos controlar es nuestra estrategia, la gestión de riesgos, la disciplina y horizonte temporal.
Aplicar el Let Them al mundo financiero significa:
En otras palabras: la teoría te enseña a soltar el deseo de control absoluto y a reforzar tu propia autonomía mental. En un mundo donde la sobreinformación y la presión del corto plazo pueden nublar la razón, The Let Them Theory es un recordatorio simple, pero potente: “deja que el mercado sea el mercado… y ocúpate de formarte y tener tu propia estrategia”.
Esta newsletter es un paso más de un camino que comencé hace años con la intención de poner algo de luz a muchas informaciones sesgadas o poco éticas sobre lo que sucedía en el mundo de la inversión. Hoy sigo con la misma idea, creo que si lo que define al mercado es el conjunto de lo que hacemos todos los inversores juntos, necesitamos hacer esto con responsabilidad, conocimiento y la información más rigurosa. Espero que en The Trader, te sientas identificado.
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