The trader nº 119
La interpretación inteligente del mercado
La interpretación inteligente del mercado
Bienvenido a mi visión personal sobre la actualidad de los mercados financieros nº119. Gracias por tu interés, si te has perdido alguna entrega o aún no estás suscrito puedes revisar aquí
La cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Tianjin ha servido para escenificar un cambio geopolítico que se acelera: la presión de Donald Trump está empujando a India a estrechar lazos tanto con Rusia como con China, dos socios con los que mantiene relaciones complejas, pero ahora imprescindibles.
El telón de fondo es evidente. Washington castigó a Nueva Delhi con un arancel del 50% a sus exportaciones por mantener las compras de crudo ruso, acusándola de financiar la guerra de Putin. La medida ha revelado hasta qué punto India no puede depender de EE. UU. y ha precipitado un giro hacia alternativas que le aseguren energía, mercados y tecnología.
En Tianjin, Modi selló compromisos con Xi y con Putin que van más allá de las fotos. Con Rusia, reafirmó la “relación especial”, mantuvo abiertas las compras de petróleo con descuento —casi 140.000 millones de dólares desde 2022— y exploró ampliar la cooperación en fertilizantes, espacio y seguridad. Con China, acordó reanudar vuelos directos, establecer un marco de seguridad fronteriza y aumentar el comercio, garantizando acceso a insumos críticos como semiconductores y tierras raras, a cambio de abrir su mercado de 1.400 millones de consumidores a la sobrecapacidad tecnológica de Pekín.
Para Moscú, la cumbre trajo además un triunfo estratégico: Gazprom anunció la firma del acuerdo jurídicamente vinculante para construir el gasoducto Power of Siberia 2, que atravesará Mongolia y permitirá enviar hasta 50.000 millones de metros cúbicos de gas al año a China durante tres décadas a precios inferiores a los europeos. Es un salvavidas para Rusia tras perder a Europa como cliente principal y una fuente estable de energía barata para China.
El comercio bilateral entre Moscú y Pekín ya alcanzó un récord de 245.000 millones de dólares en 2024, un 68% más que en 2021. La firma del nuevo gasoducto, junto al compromiso de los socios de crear un banco de desarrollo bajo el paraguas de la SCO, refuerza la posición de China como mediador y arquitecto de un nuevo entramado económico alternativo al G7.
Cada parte gana. Rusia encuentra en Asia la salida a sus exportaciones de energía. China consolida su rol de proveedor indispensable y potencia regional con capacidad financiera propia. India asegura petróleo barato y acceso a tecnologías clave para sostener su industrialización en plena presión de Washington.
Para Trump, este acercamiento es un desafío directo. Sus aranceles han unido a tres socios que difícilmente habrían profundizado tanto sin la presión externa. Puede intentar endurecer sanciones, bloquear tecnología occidental o empujar a Europa a cerrar filas, pero corre el riesgo de acelerar aún más la convergencia entre India, Rusia y China.
El trasfondo es una pugna de bloques. El G7 sigue representando el poder financiero y tecnológico heredado del siglo XX, mientras que los BRICS, reforzados ahora por la coordinación entre Pekín, Moscú y Nueva Delhi, avanzan como contrapeso en materias primas, población y mercados emergentes. Lo que hoy se negocia en Tianjin no es solo cooperación puntual: es la consolidación de un eje alternativo de poder frente a la influencia de EE. UU. y sus aliados.
La conclusión es clara: la presión de Washington ha conseguido lo contrario de lo que buscaba. Ha acelerado un acercamiento entre tres gigantes que, pese a sus recelos mutuos, han encontrado en la necesidad de resistir a EE. UU. un terreno común. Ese terreno común ya empieza a redefinir la balanza de poder mundial.
Cierre Semanal | Cierre Anual | Precio actual | Últimos 5 días | En el año | |
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S&P500 | 6468.24 | 5881.94 | 6448.04 | -0.31% | 9.62% |
Nasdaq100 | 23476.08 | 21017.27 | 23413.18 | -0.27% | 11.40% |
Eurostoxx50 | 5380.38 | 4884.62 | 5330.34 | -0.93% | 9.12% |
Ibex35 | 15025.40 | 11595.00 | 14813.40 | -1.41% | 27.76% |
Oro | 3444.90 | 2639.30 | 3598.60 | 4.46% | 36.35% |
Brent | 66.44 | 74.80 | 66.44 | 0.00% | -11.18% |
Natgas | 2.88 | 3.63 | 3.10 | 7.71% | -14.57% |
SSE | 3842.82 | 3354.29 | 3766.11 | -2.00% | 12.28% |
Bitcoin | 108378.32 | 93484.46 | 110543.38 | 2.00% | 18.25% |
*Cierre semanal: 28 de agosto del 2025 a las 10:00
*Cierre anual: Último dato del 31 de diciembre del 2024
*Cierre anual de Eurostoxx: 30 de diciembre del 2024
*Precio Actual: 4 de septiembre del 2025 a las 10:00
La FED pendiente de los datos de empleo de esta semana
El último dato de consumo en Estados Unidos sorprendió con un avance del 0,5%, el mayor en cuatro meses, impulsado por las compras de coches, muebles y ropa. Ese dinamismo, sin embargo, vino acompañado de un repunte en la inflación de servicios, que alcanzó el 2,9% interanual, según el índice PCE, el indicador más vigilado por la Reserva Federal.
En paralelo, el mercado laboral muestra señales de fatiga. La creación de empleo se ha ralentizado de forma evidente y los analistas anticipan que el informe de este viernes confirmará esa tendencia. Si el dato resulta más débil de lo esperado, reforzará la idea de que la Fed debe actuar pronto para evitar que la desaceleración del empleo se convierta en un lastre mayor para el crecimiento.
Los analistas prevén un recorte de 25 puntos básicos en la reunión de septiembre, precisamente por el deterioro reciente en el mercado laboral. Pero Powell tendrá que manejar con cuidado el equilibrio entre apoyar la actividad económica sin reavivar las presiones sobre los precios, al tiempo que contiene las expectativas de múltiples recortes de tipos hasta que la inflación esté realmente bajo control.
Todo ello ocurre mientras las valoraciones bursátiles disparan las alertas. El Nasdaq 100 ya equivale al 176% del dinero líquido en circulación (M2) y al 129% del PIB estadounidense, superando con holgura los niveles alcanzados durante la burbuja puntocom. Nunca antes la bolsa estuvo tan lejos de la economía real, lo que aumenta el riesgo de correcciones en un momento en que la estacionalidad tampoco ayuda: septiembre ha sido históricamente el mes más débil para Wall Street, con un retroceso medio del 1,17% y caídas en más de la mitad de los casos.
Fuente: Maverick Equity Research
En definitiva, el escenario que afronta la Reserva Federal es de una complejidad máxima. Consumo sostenido, inflación que no cede y un mercado laboral que se enfría en la antesala de la publicación de nuevos datos. La decisión de septiembre servirá como prueba de fuego para medir hasta qué punto el sistema económico estadounidense puede sostener el actual equilibrio sin inclinarse hacia la recesión o hacia un nuevo brote inflacionario.
Francia al borde del colapso político y financiero
Francia se enfrenta a una de sus crisis más delicadas en décadas. El primer ministro François Bayrou encara una moción de confianza el 8 de septiembre con casi todas las papeletas en contra. La oposición, desde el ultraderechista Jordan Bardella hasta el socialista Olivier Faure, ya ha anunciado un “no” rotundo. Y lo que está en juego va mucho más allá de la supervivencia de un gobierno: se trata de la capacidad de Francia para controlar el mayor déficit presupuestario de la eurozona y sostener su credibilidad financiera.
El problema es estructural. Bayrou ha puesto sobre la mesa un plan de recortes y subidas de impuestos por valor de 44.000 millones de euros, con el objetivo de reducir el déficit del 5,4% al 4,6% del PIB. Pero el país lleva meses atrapado en un bloqueo político desde que las elecciones anticipadas del año pasado dejaron un Parlamento dividido e ingobernable. Ahora, con huelgas convocadas para este mes y la posibilidad de nuevas elecciones legislativas —incluso presidenciales anticipadas—, la incertidumbre se multiplica.
Los mercados ya están tomando nota. El diferencial de la deuda francesa frente a la alemana se ha disparado hasta niveles no vistos desde enero, reflejo de la desconfianza de los inversores (ver gráfico). Esa tensión financiera se explica por una fragilidad estructural: Francia, antaño motor de crecimiento económico del continente, lleva años recurriendo a un endeudamiento masivo que no se ha traducido en dinamismo. Hoy acumula una deuda pública del 113% del PIB —una de las más altas de la eurozona— y un déficit presupuestario cercano al -6%, mientras su crecimiento anual apenas roza el 0,8%. A esto se suma un desempleo del 7,5%, muy por encima de la media europea, y un déficit por cuenta corriente superior a los 3.000 millones de euros. En este contexto, cada día que pasa sin una solución política aumenta el coste de gestionar su deuda, frena la inversión privada y amenaza con frustrar una recuperación económica todavía incipiente. Francia se ha convertido así en el eslabón débil de la eurozona: un país atrapado entre la parálisis política y la incapacidad de transformar deuda en crecimiento sostenible.
Fuente: Bloomberg
Macron, cuyo mandato termina en 2027, ha cerrado filas en torno a Bayrou y descarta dimitir, pero su margen de maniobra es cada vez más estrecho. Si el gobierno cae, Francia se adentrará en un terreno incierto: desde elecciones que podrían reforzar a la extrema derecha hasta un vacío de poder que paralizaría la gestión de las cuentas públicas.
Conclusión
La moción de confianza del 8 de septiembre no solo decidirá el futuro de Bayrou, sino la credibilidad de Francia como Estado capaz de gestionar su deuda y su economía. Si fracasa, el país podría quedar atrapado entre la parálisis política y la presión de los mercados, abriendo un periodo de inestabilidad que pondrá a prueba tanto a Macron como a la propia cohesión europea.
Los frentes abiertos de Trump contra las instituciones
El segundo mandato de Donald Trump avanza con un patrón cada vez más evidente: la confrontación directa con los contrapesos institucionales que limitan el poder presidencial. En apenas unas semanas ha abierto tres frentes que muestran hasta qué punto está dispuesto a forzar los márgenes de la ley para imponer su agenda política y económica.
El primero afecta a la Reserva Federal. Tras meses de críticas a Jerome Powell y a las decisiones de mantener los tipos de interés en niveles que considera demasiado altos, Trump ha intentado destituir a la gobernadora Lisa Cook, que ha cuestionado públicamente su idea de abaratar las hipotecas por decreto. El objetivo es claro: sustituirla por un consejero afín que le permita condicionar la política monetaria de la institución más influyente del mundo. El movimiento ha generado alarma dentro y fuera de EE. UU., porque la independencia de la Fed es la piedra angular de la estabilidad financiera global.
El segundo frente se ha abierto en los tribunales. Dos cortes federales dictaminaron en mayo que Trump abusó de la International Emergency Economic Powers Act (IEEPA) para justificar la oleada de aranceles más agresiva en casi un siglo. Un tribunal de apelaciones confirmó en agosto que el presidente se extralimitó, pero los aranceles siguen en vigor mientras el caso avanza y todo apunta a que terminará en el Tribunal Supremo, donde Trump confía en su mayoría conservadora. La clave es que, si la IEEPA se declara finalmente ilegal, la mayoría de los aranceles de su segundo mandato podrían caer. Aun así, Trump no teme: sabe que dispone de otras vías legales para sostener su cruzada comercial. Entre ellas, la Section 232 del Trade Expansion Act, que permite imponer aranceles por motivos de seguridad nacional (ya usados en acero, aluminio o automóviles); la Section 201 del Trade Act de 1974, pensada para proteger a fabricantes nacionales de un aumento de importaciones; la Section 301, que faculta a responder contra prácticas comerciales discriminatorias (base de la guerra comercial contra China en 2018); la Section 122, que permite aranceles temporales para corregir desequilibrios en la balanza de pagos; o incluso la Section 338 de la ley arancelaria de 1930, nunca usada hasta ahora, que habilita represalias contra países considerados abusivos. Todas estas opciones son más lentas y con más controles, pero demuestran que la “guerra de tarifas” no depende solo de la IEEPA.
El tercer frente se libra dentro del propio territorio estadounidense. Trump ha desplegado la Guardia Nacional en varios estados gobernados por demócratas con el argumento de reforzar la seguridad, pero el trasfondo es la lucha contra la inmigración irregular. Ha ordenado operaciones en la frontera y en ciudades con fuerte presencia migrante, pasando por encima de la oposición de las autoridades locales, que denuncian una intromisión política más que una medida de seguridad. Estos choques reavivan el debate sobre el federalismo en EE. UU. y plantean una pregunta de fondo: ¿hasta dónde puede llegar un presidente en el uso de la Guardia Nacional contra gobiernos estatales que se oponen a sus políticas?
La conclusión es clara: Trump está ensayando una forma de gobierno basada en la presión directa sobre instituciones clave —la Reserva Federal, el Congreso y los estados— que tradicionalmente han servido como contrapesos al poder presidencial. Su objetivo es ampliar al máximo los márgenes de acción del Ejecutivo. La gran incógnita es hasta qué punto el sistema estadounidense, con sus equilibrios y frenos de más de dos siglos, será capaz de resistir la embestida.
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Europa sigue perdiendo el pulso
La Comisión Europea acaba de mover ficha en la guerra comercial con Washington. Bruselas ha propuesto eliminar todos los aranceles sobre bienes industriales estadounidenses y otorgar un trato preferente a productos agrícolas y pesqueros, como el caso simbólico de la langosta de Maine. A cambio, espera que Estados Unidos reduzca sus tarifas sobre los automóviles europeos del 27,5% actual al 15%, con aplicación retroactiva desde el 1 de agosto.
El acuerdo responde directamente a una exigencia de Donald Trump, que ha convertido la política arancelaria en el eje central de su estrategia internacional. Para Europa, supone un gesto pragmático: proteger a su industria automotriz, uno de sus sectores más sensibles y vitales para países como Alemania, que exportó casi 35.000 millones de dólares en coches y piezas al mercado estadounidense en 2024.
Sin embargo, el pacto es todo menos perfecto. Ursula von der Leyen lo ha presentado como una vía para aportar estabilidad y certidumbre a las empresas, pero al mismo tiempo la UE ha renunciado a realizar la evaluación de impacto que normalmente acompaña este tipo de decisiones. Es una señal de urgencia, que revela el temor a que un endurecimiento de los aranceles de Trump afecte de forma inmediata al corazón exportador europeo.
La mayor incógnita es qué ocurrirá si la Casa Blanca cumple con otra de sus amenazas: imponer sanciones a los países que graven a las grandes tecnológicas estadounidenses. Europa ha liderado la regulación sobre competencia digital y contenido en línea, y sus responsables insisten en que no está sobre la mesa rebajar la presión a gigantes como Google o Apple. Pero si Washington responde con medidas punitivas, el equilibrio alcanzado podría saltar por los aires.
En definitiva, Bruselas ha apostado por una tregua parcial para proteger el automóvil, consciente de que el frente tecnológico sigue siendo un campo de batalla abierto. Europa compra tiempo, pero lo hace a costa de mostrar vulnerabilidad en un pulso en el que Trump marca los ritmos.
Hay una pregunta que me han hecho cientos de veces a lo largo de los años: «¿Cuánto dinero necesito para jubilarme sin preocuparme del dinero nunca más?». No existe una única respuesta universal, pero hay una regla que, bien entendida, puede ayudarnos a estimar esa cifra: la regla del 4%. Se ha convertido en un referente entre quienes buscan la independencia financiera, aunque no está exenta de matices y críticas. En este artículo, quiero explicarte de forma clara qué es, de dónde viene, si sigue siendo válida hoy y cómo podrías aplicarla con cabeza.
La inteligencia artificial ya no solo optimiza procesos: empieza a redefinir el acceso al mercado laboral. La irrupción de la inteligencia artificial no solo está transformando procesos, también está alterando los cimientos del mercado laboral.
Un reciente estudio de Stanford confirma lo que muchos intuíamos: la inteligencia artificial ya está impactando en el mercado laboral, pero de forma desigual. Entre 2022 y 2025, el empleo de jóvenes de 22 a 25 años en sectores expuestos a la IA cayó un 13%, con descensos especialmente marcados en programadores junior (−20%), traductores, recepcionistas y agentes de atención al cliente.
La paradoja es que mientras los perfiles jóvenes retroceden, el empleo de desarrolladores de 26 a 30 años se mantiene estable y, en los más veteranos, incluso crece. La explicación es clara: la IA sustituye tareas rutinarias, pero aún no reemplaza la experiencia acumulada, el criterio profesional ni la interacción humana. Herramientas como ChatGPT pueden detectar errores o migrar código, pero siguen necesitando supervisión y carecen de la capacidad de adaptar soluciones al contexto específico de cada empresa.
El Wall Street Journal añade la perspectiva empresarial a este cambio, al automatizar tareas rutinarias, muchas compañías (Amazon, JPMorgan, Carlyle) están reduciendo sus programas de entrada de personal y están contratando menos perfiles sin experiencia. Esto significa que los recién graduados pierden el “primer peldaño” que históricamente permitía aprender trabajando. Algunas firmas buscan soluciones, como procesos de incorporación intensivos (Williams) o programas de formación en IA para juniors (Carlyle).
El riesgo es evidente: si las compañías reducen la contratación de perfiles junior, desaparece el “primer peldaño” que permite a los trabajadores formarse y ganar experiencia. Esto podría generar una escasez de talento senior en el futuro y desviar a los jóvenes hacia sectores más resistentes a la IA, como la construcción o la sanidad.
El gran reto será encontrar un equilibrio: usar la IA como complemento y no como sustituto, y repensar cómo formar a las nuevas generaciones en un entorno donde los trabajos de entrada tienden a desaparecer.
En Amplitud, David Epstein rompe con la idea de que la especialización temprana es siempre la vía al éxito y lo argumenta explicando cómo en un mundo complejo, incierto y lleno de disrupciones tecnológicas, los generalistas —personas con bagaje diverso, capaces de conectar áreas distintas y aprender rápido— suelen tomar mejores decisiones que los especialistas.
Para los inversores, el mensaje es especialmente relevante:
En suma, Amplitud es un recordatorio de que, frente a la volatilidad y la disrupción, no basta con dominar un nicho, no puedo estar más de acuerdo, el inversor exitoso es, en cierto modo, un generalista: alguien que combina profundidad en ciertas áreas con la capacidad de integrar múltiples visiones para generar criterio propio. Está editado por Empresa Activa.
Esta newsletter es un paso más de un camino que comencé hace años con la intención de poner algo de luz a muchas informaciones sesgadas o poco éticas sobre lo que sucedía en el mundo de la inversión. Hoy sigo con la misma idea, creo que si lo que define al mercado es el conjunto de lo que hacemos todos los inversores juntos, necesitamos hacer esto con responsabilidad, conocimiento y la información más rigurosa. Espero que en The Trader, te sientas identificado.
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