¿Dónde invierto mis ahorros en la segunda mitad del año?
El mercado se prepara para un semestre muy complicado
Los tipos altos pondrán a prueba la capacidad de las economías para esquivar la recesión. Los expertos prefieren la renta fija y miran la Bolsa con más cautela.
Se aproxima el fin del primer semestre y los inversores examinan sus estrategias con vistas a la segunda mitad del año. En los blocs de apuntes de los analistas de mercados figuran los mismos temas que en enero: alta inflación, subidas de tipos de interés, guerra de Ucrania y dudas sobre si la desaceleración económica terminará en recesión. La crisis energética, con sus precios disparados, y la incertidumbre sobre los beneficios empresariales, si no tachados del todo, sí aparecen como riesgos desdibujados. En cambio, de forma inesperada, se ha colado en la ecuación inversora la restricción del crédito bancario no solo por la retirada de liquidez de los bancos centrales, sino sobre todo por la crisis de la banca mediana en Estados Unidos que estalló el pasado marzo con la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB).
La segunda parte del año se presenta como el momento de la verdad. Queda por despejar si, como dice Mario Lafuente, socio y gestor de atl Capital, los bancos centrales logran encarrilar la inflación subyacente (no recoge ni la energía ni los alimentos frescos) tras la mejoría ya experimentada en el IPC general. Y al calor de los precios, la actuación de los bancos centrales será la clave de los mercados con ese objetivo de reconducir la inflación y llevarla al sacrosanto 2%. Para Vincent Chaigneau, responsable de análisis de Generali Investments, este objetivo de inflación se logrará en el mejor de los casos a finales de 2024.
En general, los expertos descartan bajadas de tipos para este año —salvo recesión severa de las economías— y apuntan a un par más de ascensos por parte del Banco Central Europeo (BCE) y, tal vez, a uno solo de la Reserva Federal estadounidense (Fed). Y también, unido a unas economías en desaceleración con una financiación más limitada y cara, el impacto que provocará en la marcha de las empresas este complejo escenario. Pablo Gil Gómez, estratega jefe de XTB para España y Latinoamérica, indica que, salvo que ocurra algo imprevisto, no espera que los bancos centrales bajen los tipos de interés en 2023, “salvo que se dé una crisis financiera severa, una recesión profunda o un desplome de la inflación”.
Sin duda, la labor para los bancos centrales será muy difícil. “Los mercados esperan que la Fed y el BCE sean capaces de subir los tipos lo suficiente como para frenar la inflación, pero no tanto como para provocar una recesión”, comentan desde la gestora Panza Capital. Y añaden: “Siendo esto posible, la historia nos indica que es difícil alcanzar ese punto de equilibrio perfecto. Por otro lado, la crisis de confianza en el sistema bancario nos muestra que cuando los tipos suben en año y medio desde el cero hasta el cinco por ciento, lo hacen con daños colaterales”, explican.
Existe una paradoja curiosa en el mercado de bonos y acciones que retrata muy bien el momento de incertidumbre que sufren inversores y gestores. “Los bonos sugieren riesgos de recesión (curvas profundamente invertidas, rápidos recortes implícitos de la Fed), mientras que las buenas expectativas de beneficios empresariales de consenso ponen precio a una recuperación”, explica Vincent Chaigneau, de Generali Investments.
Renta variable
El cartel más frecuente que los analistas han colgado para lo que queda de año en las Bolsas es el de tener una estrategia neutral, es decir, ni sobreponderar las acciones en cartera ni darles menos peso de lo que les corresponde en relación con el resto de activos. Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4, considera que el mercado es demasiado complaciente con la macroeconomía y apunta a que veremos tomas de beneficios (caídas) antes de una previsible recuperación. “La desaceleración económica, incluso una recesión poco severa, provocará caídas del beneficio empresarial, lo que afectará a las Bolsas. Por eso, recomendamos valores defensivos, no ligados al ciclo, con una demanda inelástica y una buena situación financiera”, explica. Por su parte, Ben Laidler, estratega jefe de eToro, apuesta por las grandes tecnológicas estadounidenses y las acciones europeas, ya que los inversores persiguen el rendimiento tras haberse mostrado demasiado cautos a principios de año. Por el contrario, los activos menos apreciados para este experto son los bancos, el sector inmobiliario y las empresas de pequeña capitalización, ya que los inversores temen la crisis bancaria estadounidense y la ralentización económica que se avecina.
En esta misma línea, Karsten Junius, economista jefe en J. Safra Sarasin Sustainable AM, cree que las Bolsas pueden subir algo más en el corto plazo, pero “para finales de año, los índices de renta variable en Estados Unidos y en la mayoría de las demás regiones deberían situarse por debajo de los niveles actuales, lo que nos lleva a adoptar una posición prudente”, concluye.…puedes seguir leyendo la entrevista aquí