Hay figuras que se repiten una y otra vez en los mercados financieros, independientemente del activo o del marco temporal en el que operemos. El triángulo ascendente es una de esas formaciones clásicas que, desde mis inicios como analista técnico en los años 80, siempre he tenido muy presentes en mi operativa. A lo largo de los años, he visto cómo esta figura, sencilla en apariencia, puede aportar oportunidades muy interesantes cuando se interpreta correctamente. En este artículo voy a contarte en qué consiste, cómo identificarla, cómo se opera y qué ventajas y desventajas tiene, todo desde una perspectiva práctica, basada en mi experiencia real en los mercados.
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