La inflación es un término que escuchamos con frecuencia en el mundo de la economía y las finanzas. Entre las diversas formas de medir la inflación, una de las más relevantes es la «inflación subyacente». Así que a continuación, te explicamos en profundidad todo lo que necesitas saber sobre la inflación subyacente.
La inflación subyacente es una medida que se utiliza para evaluar la tendencia subyacente de los precios en una economía, excluyendo ciertos componentes volátiles y temporales que pueden distorsionar la imagen real de la inflación.
A diferencia de la tasa de inflación general, que puede ser influenciada por factores como los precios de alimentos y energía, la inflación subyacente se centra en los cambios de precios de bienes y servicios más estables y consistentes en el tiempo.
Para calcular la inflación subyacente, se emplean diversas metodologías que dependen en gran medida de la fuente de datos y la entidad encargada de realizar el cálculo.
En general, se excluyen elementos como alimentos no procesados, energía y otros bienes y servicios volátiles.
Esto permite obtener una medida más precisa de la tendencia a largo plazo de los precios, lo que resulta útil tanto para los analistas económicos como para los responsables de la toma de decisiones en política monetaria.
El cálculo de la inflación subyacente es un proceso minucioso que implica seleccionar una canasta de bienes y servicios que representen fielmente los elementos más estables y persistentes en los precios de una economía.
Para lograrlo, se aplican criterios específicos y se excluyen ciertos componentes que podrían distorsionar la medición. A continuación, detallaremos algunos de los factores clave que se tienen en cuenta al calcular la inflación subyacente:
Los alimentos no procesados, como frutas y verduras frescas, son elementos fundamentales en la dieta de las personas y, por ende, suelen estar sujetos a fluctuaciones estacionales significativas en sus precios.
Las cosechas estacionales, las condiciones climáticas y otros factores pueden llevar a variaciones bruscas en los precios de estos alimentos.
Al excluirlos de la cesta de bienes utilizada para calcular la inflación subyacente, se obtiene una medida que se concentra en los cambios de precios más estables, lo que proporciona una imagen más precisa de la inflación subyacente.
La volatilidad de los precios del petróleo y la electricidad es un aspecto que puede afectar considerablemente la medición de la inflación general.
Estos precios a menudo están sujetos a influencias globales, como conflictos en las regiones productoras de petróleo o cambios en la oferta y la demanda.
Al excluir la energía de la ecuación, se elimina un factor que puede oscilar ampliamente, lo que permite obtener una imagen más clara de la inflación subyacente que se centra en los cambios de precios más notables.
Los bienes duraderos, como automóviles y electrodomésticos, tienden a tener ciclos de vida más largos en términos de precios.
A diferencia de otros productos que pueden cambiar de precio con mayor rapidez debido a las tendencias del mercado o la innovación tecnológica, los bienes duraderos mantienen precios más estables a lo largo del tiempo.
Al incluirlos en la medición de la inflación subyacente, se garantiza que la variabilidad en los precios sea menor, lo que contribuye a una medición más precisa.
La inflación subyacente se enfoca no solo en bienes, sino también en los cambios de precios de servicios, como seguros y comisiones bancarias.
Estos servicios tienden a cambiar con menos frecuencia que otros bienes de consumo. Al incorporar los servicios financieros en el cálculo, se considera el aspecto más estable de la economía y se excluyen los elementos con fluctuaciones más abruptas, proporcionando así una visión más clara de la tendencia subyacente de la inflación.
Calcular la inflación subyacente en casa es una tarea compleja que generalmente queda a cargo de los bancos centrales y las agencias gubernamentales debido a la necesidad de acceder a datos específicos sobre precios y realizar cálculos estadísticos precisos. Sin embargo, si deseas obtener una estimación aproximada, puedes seguir estos pasos:
La fórmula más básica sería:
Tasa de Inflación Subyacente = [(Precio Actual – Precio Anterior) / Precio Anterior] * 100
Es importante destacar que esta estimación no será tan precisa como la que realizan los expertos, ya que carecemos de datos a gran escala y de la capacidad de llevar a cabo análisis estadísticos en profundidad.
Sin embargo, esta aproximación te dará una idea general de cómo funciona el concepto y cómo los cambios de precios en los elementos estables de tu canasta pueden influir en la inflación subyacente.
En el futuro, si deseas explorar más a fondo este tema o profundizar en otras áreas de economía y finanzas, no dudes en realizar formaciones en el área del trading para mantenerte actualizado y tomar decisiones financieras más sólidas.
