Muchas penny stocks proceden de lo que se conoce como microcap IPOs o listados técnicos. Es decir, no todas estas empresas hacen una salida a bolsa tradicional con una gran campaña de marketing y roadshow para atraer inversores institucionales.
En ocasiones, se trata de compañías que simplemente cumplen los mínimos requisitos del mercado OTC o de un segmento de acceso para pequeñas empresas. A veces, incluso, heredan su condición de cotizadas tras fusiones inversas o procesos de adquisición de sociedades inactivas.
Este proceso de incorporación a mercados secundarios puede producirse con una transparencia limitada. En algunas jurisdicciones, no es obligatorio publicar informes trimestrales o auditorías completas. Y eso convierte la labor de análisis en un ejercicio mucho más complejo.
Para el inversor particular, esto implica un riesgo añadido. No solo estás invirtiendo en una empresa pequeña, sino que probablemente lo haces sin contar con toda la información necesaria para tomar decisiones sólidas.
Por eso, si decides operar con penny stocks, deberías formarte en profundidad y tener un plan claro. En el programa de inversión que imparto desde hace años, dedicamos un módulo específico a activos de alta volatilidad y bajo volumen, precisamente por los errores que veo cometer constantemente en este ámbito.