The trader nº 112
La interpretación inteligente del mercado
La interpretación inteligente del mercado

Bienvenido a mi visión personal sobre la actualidad de los mercados financieros nº112. Gracias por tu interés, si te has perdido alguna entrega o aún no estás suscrito puedes revisar aquí
La Unión Europea está atrapada en un juego que no ha elegido, pero al que no puede renunciar. Donald Trump ha vuelto a la Casa Blanca con una agenda clara: castigar a quienes, según su visión, se han beneficiado de Estados Unidos sin dar nada a cambio. Europa vuelve a estar en el punto de mira. Esta vez, con aranceles generalizados del 30% a partir del 1 de agosto si no se alcanza antes un acuerdo, además de los aranceles particulares que afectarán de lleno a sectores clave como el acero, el aluminio, los vehículos, los medicamentos o la agricultura. Bruselas, por ahora, solo ha pospuesto su respuesta, tratando de ganar tiempo mientras busca desesperadamente una vía de entendimiento.
Von der Leyen, que ha congelado de forma temporal los 21.000 millones en contramedidas previstas, e insiste en su apuesta por una salida negociada. Sin embargo, en los pasillos europeos nadie cree, ya que sea posible alcanzar un acuerdo con Trump en tan poco tiempo. El problema no es solo de plazos. Es de estrategia. Y de fondo. Europa sigue creyendo en el comercio abierto y en el multilateralismo, mientras que Trump impone su lógica de suma cero, donde solo puede ganar uno, y el otro debe perder. Esta diferencia de enfoques está minando la posibilidad de cualquier acuerdo duradero.
Mientras tanto, la UE no se queda inmóvil. Por un lado, refuerza su capacidad de represalia: ya hay preparada una segunda lista de medidas por valor de hasta 74.000 millones de euros, que podría activarse en cualquier momento. Por otro, acelera su estrategia de diversificación comercial. El reciente acuerdo con Indonesia, anunciado en domingo y con toda la carga simbólica posible, busca precisamente demostrar que Europa sigue siendo un socio fiable, atractivo y con voluntad de liderar una nueva etapa de globalización más inclusiva. Von der Leyen lo calificó como un «gran hito» y recordó que llevaban diez años negociando este tratado. En paralelo, el bloque intensifica las conversaciones con países también golpeados por los aranceles de EE. UU., como Canadá o Japón, y avanza en tratados con India y otras naciones del Asia-Pacífico. La UE también contempla reactivar acuerdos con Mercosur y México, y está redoblando esfuerzos para concluir un pacto comercial con la India antes de fin de año. La idea es clara: si Trump cierra puertas, Europa abrirá otras. Esta red de alianzas es clave para preservar el acceso a mercados estratégicos, evitar la dependencia de socios poco previsibles y consolidar su papel en un nuevo orden económico global.
China, sin embargo, es el elefante en la habitación. Tras meses de gestos de acercamiento mutuo, las tensiones se han reavivado. Acusaciones cruzadas, incidentes militares, ciberataques, restricciones comerciales y reproches diplomáticos han enfriado lo que parecía un renacer de las relaciones UE-China. La cumbre del 24 de julio será, con toda probabilidad, una muestra más de las grietas que se abren entre ambos. Pekín ha endurecido el tono, y desde Bruselas se multiplican las críticas a la política de apoyo tácito de China a Rusia en la guerra de Ucrania. En palabras de la presidenta de la Unión Europea, la forma en que China actúe frente al conflicto será determinante para las futuras relaciones con Europa. Además, el uso de la coerción comercial por parte de China, como las restricciones a la exportación de tierras raras o el bloqueo a contratos de empresas europeas, ha hecho saltar todas las alarmas. Bruselas ha comenzado a preparar medidas de respuesta y está revisando su marco normativo para frenar la excesiva dependencia de suministros críticos del gigante asiático. Y, por si fuera poco, dentro de la propia UE las divisiones afloran. Mientras países como Alemania perciben a China como un competidor estratégico con riesgos ineludibles, otros como España parecen más proclives a una relación pragmática con Pekín, lo que debilita la unidad europea en un momento crítico. Esta falta de cohesión interna es, quizás, la mayor debilidad estructural de la UE en este pulso comercial. La búsqueda de una autonomía estratégica choca con la realidad de intereses divergentes entre los Estados miembros.
Conclusión
La guerra comercial de Trump no solo golpea la economía europea, también pone a prueba su capacidad de actuar con autonomía, coherencia y visión a largo plazo. La UE debe decidir si quiere ser un actor global con peso real o si seguirá siendo un espectador de las tensiones entre las grandes potencias. Para ello, necesita más que buenas intenciones y pactos pospuestos. Requiere actuar con decisión, construir consensos internos sólidos y diseñar una política exterior firme y estratégica. No es solo una cuestión de aranceles. Es una cuestión de credibilidad, de influencia y, sobre todo, de supervivencia geopolítica. En un mundo que se desglobaliza por momentos, donde las reglas se reescriben y los equilibrios cambian con rapidez, Europa necesita estar preparada para jugar su propio juego. Esperar que otros decidan por ella ya no es una opción viable. Es el momento de actuar o “morir”.
| Cierre Semanal | Cierre Anual | Precio actual | Últimos 5 días | En el año | |
|---|---|---|---|---|---|
| S&P500 | 6255.85 | 5881.94 | 6263.19 | 0.12% | 6.48% |
| Nasdaq100 | 22772.92 | 21017.27 | 22907.44 | 0.59% | 8.99% |
| Eurostoxx50 | 5405.99 | 4884.62 | 5355.07 | -0.94% | 9.63% |
| Ibex35 | 14100.40 | 11595.00 | 13959.10 | -1.00% | 26.20% |
| Oro | 3344.60 | 2639.30 | 3330.80 | -0.41% | 27.30% |
| Brent | 66.43 | 74.80 | 66.47 | 0.06% | 26.20% |
| Natgas | 3.39 | 3.63 | 3.60 | 6.38% | -11.14% |
| SSE | 3511.37 | 3354.29 | 3517.28 | 0.17% | 4.86% |
| Bitcoin | 117582.16 | 93484.46 | 118373.81 | 0.67% | 26.62% |
*Cierre semanal: 9 de julio del 2025 a las 10:23
*Cierre anual: Último dato del 31 de diciembre del 2024
*Cierre anual de Eurostoxx: 30 de diciembre del 2024
*Precio Actual: 17 de julio del 2025 a las 10:06
Bitcoin supera los $120.000 mientras EE. UU. celebra la “semana de las criptomonedas”
Bitcoin ha superado los 120.000 dólares por primera vez en su historia. Lo hace en medio de un renovado entusiasmo inversor y con un viento político a favor: el Congreso de Estados Unidos inicia esta semana su llamada «Semana de las Criptomonedas», durante la cual la Cámara de Representantes debatirá tres propuestas legislativas clave para el sector.
La victoria de Trump reactivó el optimismo cripto a comienzos de año, pero las dudas sobre su política económica frenaron al activo durante meses en torno a los 100.000 dólares. Ahora, con Wall Street en máximos históricos y los inversores institucionales recuperando el apetito por el riesgo, Bitcoin ha retomado su escalada. El punto de inflexión ha sido el debate legislativo en EE. UU. sobre las criptomonedas. La Ley CLARITY, la Ley Estatal de Vigilancia Anti-CBDC y el paquete de criptomonedas estables GENIUS del Senado podrían sentar las bases de una regulación clara, lo que atrae a grandes inversores. Solo la semana pasada, los ETF de Bitcoin registraron más de 2.700 millones de dólares en entradas netas, y el interés abierto en futuros alcanzó los 86.300 millones de dólares.
Bitcoin parece haber pasado de ser tan solo un activo especulativo a convertirse en una cobertura ante un potencial deterioro de la macroeconomía, y una reserva de valor estructuralmente escasa. Algunos analistas sugieren, no obstante, que las criptomonedas como activo de riesgo, se benefician de los mismos estímulos que la bolsa, y en ese sentido las noticias provenientes de EE. UU. les favorece: la aprobación de una nueva expansión fiscal y las expectativas de recortes de tipos en la segunda parte de este año.
Fuente: Tradingview
Conclusión
Bitcoin vuelve a estar en el centro del escenario. La confluencia de factores políticos, legislativos y financieros está renovando el interés por el activo digital más relevante del mercado. Si el Congreso avanza hacia una regulación más clara y los flujos hacia ETF continúan con fuerza, podría consolidarse una nueva fase estructural de crecimiento y su papel como activo de refugio digital del siglo XXI.
Japón pone a prueba la paciencia de los inversores de deuda
El mercado de deuda pública japonés se encuentra bajo una presión creciente ante el temor de un deterioro fiscal significativo. La proximidad de las elecciones a la Cámara Alta ha intensificado la incertidumbre, mientras los partidos políticos prometen medidas populistas como recortes de impuestos o mayores niveles de gasto, sin un plan claro para contener el ya abultado endeudamiento del país. Japón posee una deuda que supera el 250% de su PIB, la ratio más alta entre las economías desarrolladas, y actualmente destina cerca de una cuarta parte de su presupuesto inicial anual solo a cubrir los intereses de su monstruosa deuda.
La combinación de expectativas de mayor gasto público y una liquidez reducida ha provocado una caída progresiva del precio de los bonos soberanos a largo plazo, especialmente en los tramos a 20, 30 y 40 años. Esto ha disparado las rentabilidades que en algunos casos no habían alcanzado el nivel actual desde el año 2000, generando nerviosismo entre inversores y reflejando una creciente desconfianza en la sostenibilidad de la política fiscal japonesa. El mercado ya había mostrado señales de fragilidad en mayo, cuando los rendimientos repuntaron con fuerza, y la situación actual vuelve a poner de manifiesto que el problema tal vez no sea algo meramente coyuntural, sino algo más estructural.
En paralelo, la posibilidad de una revisión al alza en las previsiones de inflación por parte del Banco de Japón ha reforzado la idea de que los tipos de interés podrían mantenerse en niveles superiores durante más tiempo. Aunque el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, ha restado importancia al impacto de los rendimientos de los bonos a muy largo plazo sobre la economía real, también ha reconocido que seguirá de cerca los acontecimientos, consciente de que cualquier movimiento brusco en este segmento puede traducirse en un aumento de los costes de financiación, tanto para el Estado como para las empresas.
Fuente: Tradingview
La preocupación se centra en el tramo a 10 años, cuya rentabilidad está vinculada directamente a los tipos hipotecarios y al coste del crédito a medio plazo. Si esta tendencia al alza se mantiene, podría tener un impacto directo en el consumo y la inversión privada, afectando negativamente al crecimiento económico. Además, un entorno de tipos altos podría desincentivar la emisión de deuda corporativa, lo que a su vez aceleraría la dependencia de financiación en mercados internacionales, en divisas extranjeras y bajo condiciones potencialmente menos favorables.
Conclusión
El caso de Japón destaca por su vulnerabilidad estructural: una población envejecida, una base fiscal limitada y una dependencia histórica de políticas expansivas que han sostenido el débil crecimiento económico a cambio de un endeudamiento crónico.
La evolución del mercado de bonos japonés no solo revela la tensión creciente sobre las cuentas públicas nacionales, sino también una pérdida gradual de confianza en la capacidad del país para seguir financiándose indefinidamente a bajo coste. La percepción de riesgo fiscal ha dejado de ser un escenario teórico para convertirse en un factor presente y creciente. El desenlace de las elecciones podría actuar como catalizador para una mayor volatilidad, o como punto de partida para un giro en la política fiscal. Pero hasta que eso ocurra, el mercado sigue lanzando una señal inequívoca: la paciencia de los inversores no es infinita.
China irrumpe en la élite mundial de la biotecnología
La batalla por la hegemonía global entre China y Estados Unidos ya no se libra solo en los campos de la inteligencia artificial, la robótica, los coches eléctricos, la industria militar o los semiconductores. En silencio, pero con firmeza, un nuevo frente ha emergido: el de la biotecnología. El auge del sector farmacéutico chino, hasta hace poco considerado un actor secundario, demuestra que la competencia por el liderazgo mundial también pasa por dominar la innovación médica. Y en este terreno, China está avanzando a pasos de gigante.
Durante años, la industria farmacéutica china fue sinónimo de imitaciones baratas, problemas de calidad y escasa innovación. Hoy, esa imagen ha quedado obsoleta. China está transformando a una velocidad vertiginosa el mapa global de la biotecnología, desafiando la hegemonía estadounidense y dejando atrás a Europa. En 2024, más de 1.250 fármacos innovadores surgieron de laboratorios chinos, frente a los 1.440 de EE. UU. y muy por encima de los desarrollados en la Unión Europea. Más aún: cada vez más medicamentos de origen chino obtienen designaciones aceleradas de agencias regulatorias como la FDA o la EMA, lo que confirma su potencial terapéutico y calidad. Este cambio de paradigma no es casual. Desde la reforma regulatoria de 2015, China ha creado un entorno favorable para la investigación biomédica, promovido por políticas como el plan “Made in China 2025” y el regreso de científicos formados en el extranjero. El resultado es una avalancha de proyectos punteros en oncología, obesidad y terapias celulares. Algunas terapias desarrolladas en China han logrado ser comercializadas por gigantes internacionales y, en ciertos casos, han demostrado incluso mayor eficacia que los tratamientos occidentales más vendidos, y es que desde 2021, China lidera el mundo en número de ensayos clínicos iniciados. De los 50 laboratorios que más fármacos innovadores incorporaron a su pipeline entre 2020 y 2024, 20 son chinos. Hace apenas un lustro, solo una quinta parte eran chinas. Este interés creciente ha impulsado una oleada de adquisiciones, alianzas estratégicas y contratos millonarios. Grandes farmacéuticas europeas y estadounidenses han desembolsado cifras récord para asegurarse el acceso a moléculas chinas prometedoras, firmando acuerdos que superan los mil millones de dólares. Estas operaciones no solo revelan una apuesta por el potencial terapéutico de los fármacos chinos, sino también el reconocimiento de que, para seguir compitiendo, Occidente necesita incorporar innovación proveniente del gigante asiático.
Este auge ha despertado inquietud en el gobierno estadounidense, donde algunos legisladores ven la biotecnología como un nuevo frente de rivalidad estratégica, al nivel de la inteligencia artificial o los vehículos eléctricos. Temen una dependencia futura de medicamentos chinos en sectores sensibles como oncología o terapias génicas. En respuesta, se barajan medidas como el endurecimiento de los controles a la inversión o cambios regulatorios para agilizar la innovación local.
Conclusión
La biotecnología china ya no es una promesa lejana. Es una realidad que redefine el futuro de la medicina global. Y si algo nos enseña esta transformación es que subestimar a China ya no es una opción. Porque donde pone el foco, el cambio es inevitable. Porque si algo tienen claro en el gobierno chino, es que a medida que se agudiza la competencia geopolítica, las empresas chinas tienen que seguir avanzando, porque la única forma de conquistar el mercado global es desde la ciencia y el conocimiento.
A título personal, creo que estamos ante un punto de inflexión histórico. El dominio de la innovación ya no es exclusivo de Occidente, y eso obliga a repensar cómo valoramos el riesgo, la competitividad y la colaboración internacional en sectores clave como la salud. Ignorar este cambio es cerrar los ojos a una nueva realidad que se impone con fuerza.
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¿Tiene sentido apostar por la bolsa más cara de la historia?
Las valoraciones actuales del mercado bursátil en EE. UU. están alcanzando niveles históricamente elevados, y eso tiene implicaciones importantes para los inversores a largo plazo. Aunque muchos confían en que “esta vez será diferente”, la evidencia histórica sugiere lo contrario.
El “Financial Times” advertía recientemente que cuando el CAPE (el ratio precio-beneficio ajustado cíclicamente) supera 37 veces, nunca antes se han logrado retornos reales positivos a 10 años vista. Esto no implica que sea imposible obtenerlos, pero sí que el punto de partida es especialmente complicado. El gráfico adjunto ilustra esta realidad: muestra cómo, históricamente, cuanto más alto es el CAPE al inicio del periodo, menor ha sido la rentabilidad real obtenida en los diez años siguientes. Como puede verse, cuando la ratio CAPE supera los 35 puntos —como ocurre actualmente—, los retornos reales tienden a acercarse a cero o incluso a ser negativos.
Fuente: Financial Times
A pesar de ello, los inversores minoristas estadounidenses han abrazado la narrativa alcista con entusiasmo: las entradas de capital en bolsa han sido récord este año, guiadas por la fe ciega en que cada caída representa una oportunidad de compra. Es lo que algunos llaman ya una “nueva religión financiera”. En cambio, los inversores internacionales han optado por una postura más cauta.
Quizá los inversores extranjeros son más conscientes de cómo un dólar debilitándose puede erosionar la rentabilidad real de sus inversiones en activos estadounidenses. A esto se suma un entorno de creciente incertidumbre, donde la guerra comercial amenaza con reavivar las tensiones inflacionistas en la segunda mitad del año. Este riesgo podría frenar los planes de la Reserva Federal de recortar tipos, especialmente tras la aprobación de una nueva ley fiscal que promete más déficit y un aumento de la deuda pública. Aunque las tensiones en el mercado de renta fija aún no han alcanzado niveles extremos en general, el repunte en la parte larga de la curva sugiere una pérdida de confianza de los inversores ante la falta de rigor fiscal de la administración Trump.
Conclusión
Las valoraciones actuales del mercado americano limitan considerablemente el potencial de rentabilidad real a largo plazo. Aunque el impulso comprador de los minoristas sigue fuerte, la historia, las señales de flujos internacionales y la evolución del dólar y de la renta fija de EE. UU. sugieren que podríamos estar ante un punto de inflexión. Conviene mantener la mente abierta y explorar oportunidades más allá de los grandes índices estadounidenses. El verdadero éxito para sortear futuros ciclos económicos negativos dependerá, como siempre, de una adecuada diversificación, tanto entre distintas geografías como entre activos financieros descorrelacionados.
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El mundo del trading está lleno de matices, técnicas y, por desgracia, prácticas cuestionables que, en muchos casos, buscan manipular la percepción del mercado. Una de ellas, muy comentada en los últimos años, especialmente con la irrupción de los activos digitales, es el wash trading. Aunque puede parecer un término técnico más, detrás se esconde una estrategia que distorsiona la realidad del mercado y que, si no se detecta a tiempo, puede costar caro tanto a inversores como a plataformas. En este artículo, quiero contarte desde mi experiencia qué es, cómo funciona y por qué es fundamental entenderlo para operar con mayor seguridad y transparencia.
Amazon Web Services (AWS) ha anunciado el lanzamiento de un Marketplace de agentes de inteligencia artificial, en colaboración con Anthropic, una de las startups más avanzadas en el desarrollo de IA segura y transparente. Este nuevo espacio funcionará como una tienda digital donde empresas de cualquier tamaño podrán acceder a agentes de IA ya entrenados para automatizar tareas específicas: desde análisis de datos hasta atención al cliente o gestión logística.
Hasta ahora, desarrollar soluciones de IA requería recursos técnicos y humanos al alcance de pocas compañías. Con este nuevo entorno, AWS y Anthropic democratizan el acceso a herramientas avanzadas de automatización, permitiendo a pequeñas y medianas empresas implementar la IA con agentes con la misma facilidad con la que se descarga una aplicación del App Store, por ejemplo.
Anthropic, respaldada por una inversión de 8.000 millones de dólares por parte de Amazon, pone a disposición sus modelos Claude, reconocidos por su fiabilidad y enfoque en la seguridad, lo que añade una capa de confianza en el uso corporativo de esta tecnología. El movimiento de Amazon no es aislado. Google, Microsoft y Salesforce también han lanzado sus propios Marketplaces de IA, conscientes de que estamos entrando en una nueva etapa: la economía de los agentes de IA, donde estas herramientas actuarán como microservicios integrados en los flujos de trabajo de empresas de todos los sectores.
La ventaja competitiva de AWS radica en su infraestructura global, su base de clientes y su capacidad de integración. Las startups que desarrollen estos agentes podrán acceder directamente a millones de usuarios empresariales. Para los inversores, este nuevo mercado abre una vía de monetización escalable y eficiente, alineada con las tendencias actuales de digitalización y optimización de procesos.
La creciente automatización también plantea interrogantes importantes: ¿Cómo afectará a los modelos de negocio tradicionales basados en el tráfico web y la publicidad? ¿Cuál será el impacto en el empleo? ¿Y cómo garantizar que estas herramientas se usen con supervisión adecuada y sin perder el componente humano? Lo que es evidente es que estamos ante un avance estructural que podría redefinir la productividad, el empleo y la creación de valor en los próximos años. La IA, como la electricidad o internet en su momento, se convierte en infraestructura esencial. Y quienes entiendan pronto su lógica y su impacto, estarán mejor posicionados para adaptarse… o liderar el futuro.
En Génesis, tres figuras clave del pensamiento global —el estadista Henry Kissinger, el ex CEO de Google Eric Schmidt y el tecnólogo Craig Mundie— analizan el impacto profundo de la inteligencia artificial en la sociedad, la política y el espíritu humano.
El libro advierte que la IA no es solo una herramienta, sino un nuevo marco de conocimiento que desafía nuestras nociones de verdad, autonomía y responsabilidad. Puede contribuir a resolver grandes retos globales, pero también plantea riesgos sin precedentes para la toma de decisiones, la libertad individual y la estabilidad institucional.
Con un enfoque estratégico y filosófico, los autores instan a anticipar y gobernar esta revolución tecnológica con criterio ético y visión a largo plazo. Una lectura esencial para líderes, inversores y ciudadanos conscientes del mundo que viene. Está editado por Anaya.

Esta newsletter es un paso más de un camino que comencé hace años con la intención de poner algo de luz a muchas informaciones sesgadas o poco éticas sobre lo que sucedía en el mundo de la inversión. Hoy sigo con la misma idea, creo que si lo que define al mercado es el conjunto de lo que hacemos todos los inversores juntos, necesitamos hacer esto con responsabilidad, conocimiento y la información más rigurosa. Espero que en The Trader, te sientas identificado.
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